sábado, 12 de julio de 2014
PROLOGO
La vida de la gente que se encuentra a mí alrededor transcurre, sigue su camino, la mía parece haberse detenido…
Soy hija, hermana, cuñada, tía, amiga y administradora intachable de una empresa…
Pero cuando pienso en el verdadero sentido de mi vida…
parece haberse ido con mis sueños de felices para siempre.
Ya pasaron dos años… pero siento esa punzada en mi pecho como si fuese ayer, y en mi mente solo hay lugar para el recuerdo de esa última visión, que me perturba y no me deja seguir adelante….
Llegaron más regalos de boda, mi casa es un caos de desorden y esta noche llega mamá y mi hermano de Mendoza y urge hacer un poco de orden en mi departamento, así que decido juntar los obsequios y llevarlos para el que será nuestro hogar a partir de mañana.
Llego y el automóvil de Guillermo está estacionado en la puerta del edificio…
“¿Qué raro? no me dijo que vendría para acá”.
Subo por el ascensor con los paquetes, y me encamino con la llave en la mano para ingresar en el departamento, desde afuera, se siente música y risas.
Agudizo mis sentidos, intento escuchar tras la puerta e individualizo la risa de Guillermo y otra risa femenina que me resulta muy familiar, pero no logro reconocer, o quizá mi mente se niega a hacerlo, se oye nuestra canción, la que ponemos cuando hacemos el amor.
El corazón me late a mil kilómetros por hora.
De pronto las risas se callan, sigue oyéndose la música pero nada de las personas que están dentro, espero unos minutos y pongo la llave en la cerradura intentando no hacer ruido.
Entro, pero no hay nadie en la sala, de todas maneras puedo ver un camino de ropa que empieza en el sofá, y sigue hacia el dormitorio.
Siento que las piernas me tiemblan, que la respiración me falta, y que los sentidos me abandonan.
Camino en puntas de pie para no ser escuchada… me paro en la entrada de la habitación, y sencillamente no puedo creer lo que estoy viendo.
Deseo fervientemente que sea un sueño, un mal sueño, porque esto sencillamente no puede ser verdad.
Recuerdo que mañana es el día, mañana nos casamos.
Guillermo estaba tendido de espaldas sobre nuestra cama, aferrado a las nalgas de ella, que cabalgaba sobre su sexo mientras entraba y salía del suyo.
Las palabras no salían de mi boca, quería hablar pero estaba paralizada, inerte ante lo que estaba viendo.
De pronto un hilo de mi voz salió…
- ¿Les ayudo a hacer la cama?
Guillermo saltó de donde se encontraba… ella intentó taparse con las sábanas.
Mi amiga, mi mejor amiga…
Las palabras de Guillermo eran un sonido lejano… pero no lo escuchaba, tampoco lo veía.
En mi mente solo se había quedado la imagen de sus dos cuerpos unidos por sus sexos….
Cerré los ojos y sacudí mi cabeza para traerme a la realidad, al hoy y al ahora.
Pasaron dos años… duele como si hubiera sido ayer.
En este instante pasaba frente a mí, una mujer embarazada y reflexioné nuevamente.
Soy hija, hermana, cuñada, tía, amiga y administradora intachable de una empresa…
¿Dónde se quedó la mujer?
Nadie me espera…
A nadie espero….
Soledad….
Una profunda soledad es la que tengo.
¿Podré algún día encontrar a mi felices para siempre?
¿Tendré alguna vez la oportunidad de ser feliz?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario