sábado, 19 de julio de 2014
CAPITULO 25
Me despertó el sonido del despertador que me taladraba la cabeza. Había que ir a trabajar, lo apagué y me levanté como una autómata, había dormido tan poco… me había costado tanto conciliar el sueño después del mensaje de Pedro.
Me metí en la ducha, no tardé más de cinco minutos era más que nada para despabilarme, luego me sequé el cabello peinándolo con el cepillo para brushing, no quería que quede totalmente liso sino más bien soplado, inclusive con la pinza me marqué algunas ondas.
Me miré y me gustó como me vi, el maquillaje fue rápido, luego me dirigí a vestirme.
Me puse el vestido de punto sin mangas que me había preparado, tenía un drapeado en el busto cosa que resaltaba mis tetas, que no eran tan grandes, pero de tamaño más que suficiente para mi cuerpo. Acompañé el vestido con un collar largo que tenía un nudo y aros de argolla, me puse mis infartantes tacones color natural, que combiné con un sobre al tono.
Ayss si Paula estás muy mononaaaa ahora a mover el culo para Pedro, me carcajeé, con ese vestido si que se me notaba el culo, me quedaba como un guante pensé.
Me perfumé con CH tomé mi cartera y mi maletín y me fui.
Al llegar al estacionamiento… puteé de lo lindo porque me había olvidado la llave del auto, así que tuve que regresar…
Después del infortunado olvido, cerré los ojos y antes de salir de casa lo hice con el pie derecho, desde cuando era supersticiosa pensé, me encogí de hombros, no importaba si servía para que todas las cosas vayan bien.
En el ascensor me cercioré que llevaba todo no quería tener que volver, así que chequeé que todo esté en su lugar y también que llevaba todo lo necesario, después de una corta inspección me quedé más tranquila.
¡Ahora sí! vamos a Mindland a conquistar todo lo que haya que conquistar me dije Entré en el estacionamiento de la empresa, por el espejo retrovisor pude ver que atrás de mí entraba el auto de Pedro.
- Siiii — dije en voz alta, total nadie me escuchaba… muy oportuno pensé, quizá lo del pie derecho si funciona.
Estacioné mi automóvil muy cerca de la entrada, como había llegado temprano conseguí un muy buen lugar, me hice de todas mis cosas, me miré rápidamente en el espejo retrovisor constatando mi maquillaje y traté de apurarme para poder coincidir con Pedro. Mientras cerraba el auto, sentí la mirada de él en mi cuerpo aún sin mirarlo podía sentirlo, Oscar lo había dejado en la entrada del edificio.
Por alguna razón él se demoró en bajar, entonces rogué que haya sido a propósito, pero cuando estuve más cerca, vi que estaba al teléfono, lo que me provocó una pequeña desilusión.
Tras terminar de hablar y estando yo a medio camino de distancia Pedro cortó y se dispuso a bajar.
Llevaba su maletín en mano y me esperó en la entrada a que terminara de dar los últimos pasos que me separaban del él.
Empleando todas mis armas de seducción, caminé contoneándome con los hombros bien erguidos. Llevaba mis lentes de sol puestos por lo que me atreví a mirarlo sin necesidad de cuidarme al hacerlo, me lo devoré con la mirada, ¡carajo! Pensé, es una falta de respeto al sexo masculino ser tan lindo.
- ¡¡Buenos días!! – Me dijo lacónico
- ¡¡Buenos días!! – Le contesté de la misma manera.
Hubiese querido decirle buenos días ojitos, ¿cómo dormiste? mientras le encajaba un besazo en la bocota preciosa que tenía, pero visto el lugar donde estábamos tuve que conformarme con ese frío y deslucido saludo.
Me dio un beso en la mejilla. Hmm, que bien olía siempre, afirmé, el perfume que usaba me encantaba, aspiré bien hondo para quedarme con el aroma tan característico de él, luego entramos en la empresa.
Su rostro estaba inconmovible, no mostraba ninguna expresión. Él era bueno escondiendo sus emociones en público, así y todo intuía que había aprovechado a sacarme radiografía mientras yo me acercaba y él permanecía hablando dentro del auto.
Se había puesto un traje negro, cuando guardó sus lentes en el bolsillo interior, pude ver la marca era un auténtico Gucci, sí estúpida, ¿que esperabas? que otra cosa iba a usar Pedro más que un traje de diseñador.
En la recepción, saludé a Mayra muy amablemente como cada mañana, a veces me quedaba hablando con ella, así que conocía un poco su historia, siempre me contaba lo difícil que se hacía criar a su hija, pues Mayra era madre soltera.
- Hola Mayra buenos días.
- Buenos días Paula, Buenos días Sr. Alfonso.
- Buenos Días – contestó seco Pedro.
Nos paramos frente al ascensor y él oprimió el botón de llamada, el elevador pitó al llegar a la planta baja y se abrieron la puertas. Subí primero y miré rápidamente por el espejo ¡Ja! lo caché justo cuando me miraba el culo, circunstancia que casi me hace escapar una sonrisa, pero me contuve.
Se cerraron las puertas y me quité los lentes que mantuve aferrados a mi mano, junto a nosotros subieron dos personas que bajaron en el segundo piso.
Cuando quedamos solos, me recosté en el fondo del ascensor y él se puso de lado para verme.
- ¿debo suponer que como hoy si sabías que soy tu jefe te vestiste así para calentarme a mí?
Afirmó mientras posaba sus ojos en mi escote y luego me recorría todo el cuerpo con su mirada lujuriosa.
- Creo que tienes un serio problema con mi forma de vestir.
Dicho eso el elevador hizo una sacudida y se paró en el sexto, entró más gente, recompuse mi postura y me enderecé de donde me encontraba recostada, acomodé mis lentes en el escote del vestido. Él se adecuó mirando de frente a la puerta y tomó su maletín de la empuñadura con las dos manos.
La persona que había subido bajó dos pisos mas arriba, ni bien se cerró la puerta me sorprendió tomándome la mano que tenía libre y se la llevó a su órgano reproductor. Largué un gritito por el sobresalto.
- Este es el problema que tengo con tu ropa, me dijo mientras me hacía tocar su erección.
Saqué la mano más pronto que rápido, porque tuve miedo que el elevador se abriera en el siguiente piso.
Pedro se carcajeó ante mi reacción, luego siguió sonriendo con malicia, mientras permanecía callado viéndome y devorándome con la mirada, se sintió otro sonido y sacudida y el ascensor volvió a pararse, recuperamos nuevamente la compostura cuando subieron tres personas que bajaron un piso antes que nosotros. En el piso dieciséis, el elevador paró para que bajemos.
Pedro hizo un ademán y me dio la delantera, “zorro”… no iba a perderse verme caminar, pensé. Caminamos por el pasillo distribuidor y entré en mi box, él caminó unos pasos más para entrar en su oficina. Su secretaria aún no había llegado. Me senté en el escritorio y pronto se acercó Carolina.
- Hola Paula, voy por café querés que te traiga algo.
- Gracias Caro, si me trajeses un latte te lo agradecería tanto, no he desayunado.
- Si por supuesto.
En ese instante en que Carolina se estaba yendo llegó Matias a saludar.
- Buenos días Pau.
- Hola bombón ¿dormiste bien?
- Si ¿y vos?
- Más o menos me costó un poco conciliar el sueño. — fruncí la boca y negué con la cabeza.
- Cuando me fui te estabas durmiendo en la silla, ¿te despabilaste?
- Si, eso me pasó — casi en un susurro para que Pedro no escuchase desde su oficina le dije — tuve una interrupción cuando me estaba acostando, luego te cuento — hablé en voz muy baja.
- ¿Voy a necesitar la auditoría de desarrollo, la tenés vos todavía o ya la devolviste al archivo?
- No ya la llevé. — Le contesté.
- OK. Entonces se la voy a pedir a Ernesto.
Sin pronunciar palabra y aprovechando que tenía toda mi atención, me hizo una seña hacia atrás mientras me señalaba la oficina de Pedro, estaba preguntándome si la interrupción tenía que ver con él.
- Siiii — hice hincapié en el sí y asentí con la cabeza luego continué diciendo. — pedíselos a él.
Pedro en ese momento nos sorprendió, abrió todas las persianas americanas de su oficina así que tranquilamente se lo podía ver sentado o haciendo lo que haga dentro.
Presumido pensé, quiere que todos lo vean en plan de jefe. Cuando Mati salió, le hizo una caída de cabeza a modo de saludo que Pedro respondió con un pulgar hacia arriba.
CAPITULO 24
Salí de la ducha, me envolví el cabello en una tolla chica y me puse mi bata de toalla. Estaba secando el baño cuando escuche que Mati entraba en casa.
- Pau, ya llegué...
- Ya voy Matias, estoy en el baño aún.
Desde la sala se escuchaba una canción de La Ley, seguramente Mati había puesto música.
Mientras me secaba el pelo al ritmo de la canción sonó el timbre.
Fui a la sala y me encontré con Matias a quien saludé con un beso en la mejilla, sin perder tiempo, tomé el telefonito del portero eléctrico y pregunté quien era, pude comprobar que estaba en lo cierto y que era el repartidor de pizza que traía nuestra comida.
Le facilité la entrada y me fui a buscar la billetera para pagarle al chico del delivery.
Mati, que sabia perfectamente donde estaban las cosas, ya se estaba encargando de buscar unos individuales y platos para poner, mientras que él se encargaba de colocar todo para que comamos yo me fui a ponerme un pijama.
Nos sentamos a comer en las banquetas altas del desayunador...
- Paula, esta mañana cuando entramos en la sala de juntas y viste a Pedro, creí que te ibas a caer redonda al piso y que te tendría que soplar el culo para levantarte — largó una risotada — si te hubieras visto la cara, realmente me asusté lo pálida que te pusiste.
- no vayas a creer que faltó mucho para eso, ¿pero vos podes creer mi suerte? que Pedro Alfonso sea Pedro el tipo con el que me encamé el finde, te juro Mati que todavía no lo puedo asimilar.
- Yo igual, todavía no caigo que Pedro es nuestro jefe... y él también se sorprendió, yo me di cuenta cuando Noelia nos presentó, se quedó medio tildado y no es para menos — volvió a reírse — que situación tan extraña.
- yo no pude darme cuenta de nada, realmente estaba inmóvil, en los primeros minutos no podía pensar, después que vos le diste la mano y vi que él se hizo el otro que no nos conocíamos, ahí recién, empecé a reaccionar.Pasé por miles de sensaciones en ese momento, bronca, estupor, indignación, miedo. Un momento de mierda...
- ¿que te dijo?
- Supongo que se dio cuenta de mi estado, porque, en cuanto quedamos solos después de la reunión, me preguntó si estaba más tranquila y me dijo que también para él fue una sorpresa.
- es que estabas pálida, yo en un momento creí que te desmayabas.
- es de no creerse, como puede ser que el viernes en toda la noche no nos hayamos enterado su nombre. Todo el tiempo fue Pedro de acá, Pedro de allá. Hasta cogí con él y no me enteré su Apellido.
- es el destino Pau... si vos te hubieras enterado el viernes quien era él, de seguro no te hubieras metido en su cama.
- pero no te quepa la menor duda de eso, aunque si él me hubiera avanzado de todas formas, te juro que no sé.
- Por cierto ¿a que fuiste al Faena?
Lo mire y me tape la cara...
- Hija de puta ¿te acostaste otra vez con él?
Seguía con la cara tapada y sin contestarle... Mati intentaba sacarme la mano de la cara mientras me seguía preguntando...
- Paula Chaves ¿podés comportarte como adulta y contestarme?
Sentía que estaba roja como el morrón de la pizza, me descubrí la cara y lo miré.
- se suponía que íbamos a hablar, me lo pidió durante el almuerzo en un momento en que Noelia se fue al baño y quedamos solos, después antes de irse de la oficina pasó por mi box y me dijo que me había enviado un email, cuando lo revisé decía Te espero!!
Salí del trabajo y quise resistirme, pero cuando quise acordar iba en dirección al centro. En todo el camino fui creyendo que me diría que de ahora en más éramos jefe y empleada.... pero nada de eso pasó....
- ¿Te gusta Paula?
- Mucho Mati... estoy asustada, porque Pedro me tiene idiota.
Me tape la cara para no verlo cuando le decía lo que iba a decirle...
- y encima me coge como nunca nadie me cogió.
Un profundo silencio se apoderó del momento... lo espié a Matias por entre los dedos había dejado de comer y creo que hasta me veía con lástima....
- Paula, ¿estas segura de lo que estas haciendo?
Me saqué la mano de la cara para enfrentarlo...
- No estoy segura de nada, de lo único que estoy segura, es que solamente quiero estar con él de la forma que pueda.
- Paula, Paula, lo supe desde el sábado cuando vine y te encontré llorando... No quiero que termines hecha mierda.
- Me confesó que pensó todo el fin de semana en mi y que hoy cuando me vió en la oficina se dio cuenta que no podía dar un paso al costado conmigo.
No sé si creerle, porque luego me dijo que su vida era muy complicada y que lo único que podía ofrecerme era sexo y placer.
- es un hijo de puta amiga, vas a terminar hecha pedazos... alejate Paula.
- creeme que no puedo, he cogido con él, más de lo que he hablado.... no puedo resistirme.
Pero a veces siento que la pasión es mutua, sabés hoy tomé una llamada de Ariel mi profesor de tenis, si vieras como se puso hasta que supo quien era... quizá el también sienta cosas que no puede explicar, no te olvides que hace tan poco que nos conocemos... y empezamos en la cama o sea, no empezamos seriamente...
- No se Paula, sabés que yo no soy para nada puritano y que una relación para mi puede empezar en la cama o donde sea, creo al fin y al cabo, que la piel entre un hombre y una mujer si bien no lo es todo, es una parte muy importante para que una relación funcione, pero en este caso… bueno, ahora él es tu jefe, eso no seria mayor impedimento.... en realidad ninguno.... se gustan y no importa el rango de cada uno, punto, eso no me parece un problema, pero Pedro en un mes se irá, y una relación a distancia difícilmente funcione y eso en el supuesto caso que lleguen a tener algo más formal, porque él ya te dejó en claro que solo quiere sexo con vos.
- Lo sé Mati, ¿pero que hago, como lo evito? lo voy a ver a diario en la oficina y me atrae tanto, desde que me peleé con Guillermo, no he salido con nadie que me interese verdaderamente, después de Guillermo solo tuve sexo con Gastón y no me sentí a gusto, vos lo sabés...
- ¿Y con Pedro te sentiste a gusto?
- Mati… con Pedro me olvido del mundo exterior....
- ¡Mierda! Paula ¿tanto así?...
Me encogí de hombros y me quedé viéndolo…
- Supongo que por más que te siga diciendo lo que sea que te diga ya tenés una decisión tomada.
- ¿decisión? No, solo estoy improvisando, con él a mi lado no puedo pensar y sola tampoco, porque solo pienso en él…
Mati se acercó y me besó la frente, no dijo más nada.
- Pero hay más para contarte… y por favor sentate bien, porque esto si que no me lo vas a creer…Cuando fuimos a comer con Noelia, no sabía que Pedro venía también.Bueno, ese no es el punto, ¿Dios es qué no puedo decir dos palabras sin mencionarlo?
Matias y yo nos reímos
- El almuerzo fue bastante raro, se habló mucho de trabajo, lo cual no me extrañó dado que Pedro está intentando ponerse al corriente de todo lo relacionado con la empresa y solo tiene un mes para hacerlo, ya que en NY ellos solo ven números y estadísticas sobre los resultados, pero obvio, estando acá uno quiere inmiscuirse en el manejo desde otra órbita, lo absurdo es que delante de mí trataban temas de los que normalmente no estoy acostumbrada a manejar, y menos a escuchar y hasta el punto que en más de una oportunidad tanto Pedro como Noelia me pidieron opinión… bueno, la cosa es que cuando se cumplió la hora de mi almuerzo, como corresponde les dije que me retiraba, que mi tiempo libre ya había terminado. Pero Natalia me pidió que me quedara, que quería decirme algo aprovechando que Pedro estaba ahí, y que además ya se lo había comentado en la mañana.
- -¿Y? — Mati ya se había intrigado.
- Bueno resulta que me cuenta que luego que se case deja la empresa, yo hasta ahí me apené, es una buena jefa — Mati me escuchaba mientras comía empanadas — y entonces me suelta así como así, que me propuso para ser su reemplazo en el puesto que queda vacante en la gerencia de la administración.
Mati se atragantó… le golpeé la espalda… y le alcancé el porrón de cerveza para que se aclare la garganta.
- ¿Qué? ¿Me estás jodiendo?
- ¿Te parece que no estoy a la altura de ese puesto?
- No idiota, no es eso, ¿supongo que aceptaste? — me dijo de inmediato, si hay alguien que me conoce ese es él y por supuesto supo al instante que no había dado una respuesta.
- Aún no he contestado — le dije tímidamente, pues sabía que se venía un sermón de su parte.
- Paula, ¿cómo qué no contestaste? querés que le den el puesto a otra persona ¿sos estúpida? No podés mostrarte insegura, están dándote el mando de una empresa.
- Es mucha responsabilidad Mati… imaginá.
- Paula ésta es la oportunidad de tu vida… no seas cagona.
- Lo sé, lo sé ¿y qué si fallo?…
- Paula, el proyecto que se presentó esta mañana prácticamente es tuyo… Noelia sabe que sos capaz, por eso te propuso y ¿Pedro que dijo?
- él me dijo que estaba seguro por mi desenvolvimiento en la mañana, que estaba acorde a las circunstancias — se rió y me sacudió de los hombros.
- Paula, ¿lo ves? Mañana mismo cuando llegás, te vas a la oficina de Noelia y le decís que querés el puesto, me escuchaste, porque te juro que si no lo hacés, te agarro a cachetadas adelante de todos.
Carajo, como podes ser tan cagona…
- Eso también implicará que tenga que viajar a menudo a NY…
- ¡¡Zorra!! eso es lo que más te gusta, solo basta que digas que aceptas el puesto por eso.
Mati y yo nos carcajeamos no podíamos parar… Chocamos nuestras botellas de Quilmes y nos la bebimos. Luego le pedí discreción.
Terminamos de comer, pero seguimos charlando de otras cosas, luego juntamos todo lo de la mesa, Mati me ayudó antes de irse, nos despedimos pero como era de esperarse, antes de salir de casa me hizo prometerle que mañana mismo hablaría con Noelia para aceptar la gerencia.
Ni bien él se fue, me fui a preparar la ropa para mañana.
Me paré en mi guardarropas y no encontraba que ponerme, carajo si tenía un montón de ropa, si algo poseía era un guardarropas bien surtido… pero quería verme bien, muy bien… y no me decidía por nada, obviamente quería lucir sexy para Pedro.
Finalmente me decidí por un vestido de punto.
Era tarde así que me lavé los dientes y me fui a acostar.
Cuando me metí en la cama mi celular vibró, me fije y era un whatsapp, lo abrí y mi corazón saltó, creo que hasta me faltó la respiración, era de Pedro.
- Hola espero no haberte despertado, tuve la tentación de darte las buenas noches
¿Y esto? Me quedé idiota, él piensa en mí… le contesté rápidamente.
- Buenas noches Pedro, no me despertaste, estaba a punto de acostarme.
- Que bueno! Entonces que descanses. Hasta mañana.
- Hasta mañana que descanses también.
¿Y ahora… como pensaba este hijo de mil… que yo podría dormir después de ese mensaje?
Pedro, Pedro me estás volviendo loca…
Mierda, releí el chat no sé cuantas veces, hasta que finalmente el sueño se apoderó de mí.
CAPITULO 23
En el camino sonó mi celular, atendí la llamada por el manos libre porque iba manejando.
- ¿Se puede saber donde te metiste? desde la reunión no pude coincidir más con vos.
- Hola Mati, ¿qué estás haciendo?
- Nada, estoy en casa intentando hablar con vos ¿no viste todos mis llamadas perdidas?
- Lo siento, estoy manejando y ya casi llegando a casa porque no venís a cenar y te cuento.
- ¿De donde venís?
- Del Faena Matias.
- A bueno esto me interesa, ahora además entiendo porque no me atendías el puto teléfono. ¿Llevo algo para comer?
- No te preocupes pido una pizza y empanadas, Mati tengo un montón de cosas por contarte y necesito tu opinión.
- OK amiguita en un rato ando por allá.
- Listo Mati usa tu llave para entrar seguro voy a estar bañándome.
- OK.
Llegué a casa, me descalcé y me tiré dos segundos en el sofá del living, estaba exhausta, me acordé que no había agendado el teléfono de Pedro así que busqué mi celular y miré entre mis llamadas perdidas y ahí estaba. Lo guardé.
Pero no pude resistir la tentación de enviarle un whatsapp el había quedado picado, no me fui de la mejor manera, pero se lo merecía y no es que no me había costado hacerlo, mierda si de buena gana me hubiera quedado.
- Hola ojitos ya en casa a punto de entrar a bañarme, hoy fue un día con una mañana de locura y una tarde que mejoró mi día visiblemente.
Esperé unos segundos y contestó
- Que pena que no pueda estar ahí para lavarte la espalda, si te hubieras quedado, lo habría hecho y sin duda hubiese hecho de tu noche la mejor.
No lo dudo ojitos pero un poco debo resistir a tus encantos, para que no te creas el más irresistible, pensé.
- ja ja ja suena tentador.
- sin embargo no te quedaste.
- porque me propusiste cenar no bañarnos juntos.
- ja ja ja tenés razón, entonces la próxima vez ya sé con que tentarte para que si te quedes y no me rechaces.
La próxima vez... eso dijo si, piensa en una próxima vez...
Pedro no te das una idea de lo mucho que me gustás, y menos imaginás, lo mucho que me costó rechazar la cena, si en realidad lo único que quiero es estar con vos y decirte que si a todo, quería decirle eso, eso es lo que en verdad sentía, pero necesitaba contener mis sentimientos, necesitaba refrenar mis emociones. Releí el mensaje, ¡ja! Te sentiste rechazado, pues eso me gusta, muy buen resultado. Pensé que contestarle y escribí.
- Eso siempre y cuando existiese una próxima vez y llegado el momento si me lo proponés tal vez lo piense y acepte, después de todo el baño que nos dimos la primera vez que estuvimos juntos no estuvo tan mal — lo envié.
- tan mal… ¿no te pareció del todo bien? — a mí, me gustó muchísimo.
- Hmm... Vanidoso te gusta que te alimenten el ego… sin embargo creo que siempre podés sorprenderme un poco más, a eso me refiero.
- OK pensaré con que sorprenderte Paula, vaya ahora creo que el sorprendido soy yo, nena creo que tendré que agilizar mi imaginación con vos...
- ¿Y eso te gusta?
- si estuvieras acá, te aseguro que podrías comprobar muy bien cuanto me gusta este tonteo por whatsapp.
- Hmm... Quizá no lo puedo comprobar pero me lo puedo imaginar, te aseguro que mi imaginación vuela ojitos.
- bueno entonces imaginá y después me lo contás y lo ponemos en práctica ¿que te parece?
- muy prometedor...
- para complacerte siempre preciosa.
- chau Pedro me voy a bañar.
- creo que haré lo mismo luego de este tonteo me he quedado muy duro.
- O_O besos.
- besos, preciosa.
Más que un tonteo en whatsapp la que estaba atontada era yo, pero con él, cerraba mis ojos, recordando todo lo que habíamos hecho en la tarde y no podía sino otra cosa que querer más con ese hombre, mi cuerpo y mi piel ardían de deseo imaginando sus caricias, sus besos. En toda mi vida me habían besado tan bien como lo hacia él... y lo que más abrumada me tenía, es que ocupaba cada uno de mis pensamientos, a cada instante no hacía otra cosa más que pensar en él.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)