jueves, 17 de julio de 2014

CAPITULO 18




Subimos en el ascensor.


Mientras ascendíamos fue agregándose más gente, Pedro y yo quedamos parados verdaderamente juntos el uno del otro. Podía oler su perfume… cerré los ojos, es tan embriagador.


Nos miramos un par de veces con disimulo, el corazón me palpitaba muy fuerte después lo que me había dicho en el restaurante.


Dios, ¿que pretendía?


Llegamos al piso dieciséis, Pedro puso una mano para que el ascensor no se cerrara y nos dio paso, primero salió Noelia del elevador y por detrás salí yo, nos encaminamos por el pasillo, y en el camino nos cruzamos con Mati que iba a sacar fotocopias, pero no pude cruzar palabras, Pedro iba caminando muy cerca y detrás de mí, me senté en mi escritorio y me dispuse a trabajar lo que restaba del día.


Aún faltaban unos cuantos minutos para las cinco de la tarde,Pedro salió de su oficina, con su portafolio en la mano, y me sorprendió cuando me habló parado frente a mi escritorio.


- Paula, te mandé un email con algunos documentos que necesito para mañana ¿podrías revisarlo?


- Si por supuesto, ahora me fijo.


- Hasta mañana — me sonrió tan seductor…


- Hasta mañana — yo no le sonreí, simplemente porque cada vez que él me hablaba quedaba turulata.


Pedro se fue, miré la hora, faltaban veinte para las cinco, así que abrí el email para ver que era lo que quería, de todas formas lo que fuera lo buscaría mañana, ya era casi la hora de irme y había sido un día muy largo…


De: Pedro Alfonso <pedroalfonso@yahoo.com>


Para: Paula Chaves <paulachaves@gmail.com>


Fecha: 20 de Noviembre de 2012 16:30


Asunto: Faena Universe conversación pendiente


Te espero!!


Pedro A.



Me quedé viendo por largo rato el email, leyendo y releyéndolo tratando de decidir que hacer, mi cuerpo quería salir corriendo hacia allá, pero mi cerebro se resistía.


No podía entender que Pedro me ponga en éste estado de indecisión.


Finalmente cerré mi ordenador y no le contesté.


Ya era hora de irme, junté todo, tomé la cartera y me despedí de Carolina, ella también estaba aprontándose para irse, no me acerqué a despedirme de Matias, más tarde lo llamaría.


Salí de ahí hacia el estacionamiento.


Llegué a mi negrito, al lugar donde lo había estacionado en la mañana, como me gusta mi auto pensé... no es el primero que tengo, pero si mi primer 0 km, recuerdo cuando lo saque de la agencia, no entraba en mi de la emoción...


Me senté dentro de él me puse el cinturón de seguridad y los lentes de sol que estaban en la guantera y me aferré al volante con fuerza, como si en él pudiese encontrar la capacidad para discernir, apoyé la cabeza en el volante, sencillamente no sabia hacia donde ir…


¿Por que Pedro me había dicho eso en el restaurante? ¿Que quería? Esa pregunta me había dado vueltas toda la tarde en la cabeza, desde que volví a la oficina.


Puse el auto en marcha y me fui de ahí.


Agarré Libertador pero no tomé en dirección a mi casa era obvio que ya había tomado una decisión, seguí hacia el centro, el condenado de Pedro me gustaba demasiado para no ir.


Aunque salga raspada en el encuentro mejor es hacerle frente de una buena vez a la situación, de todas formas iba preparada para lo que sea que fuese que iba a suceder.


¡¡Ja!!! Ni yo misma me lo creía eso ¿a quien querés engañar Paula? Reconocé que vas allá esperanzada en que te diga que quiere que se conozcan más profundamente, aún deseándolo con todas mis fuerzas, sabía que era poco improbable que eso suceda, estaba casi segura que lo que Pedro quería era dejar en claro que nuestra relación de ahora en más, era jefe empleada, pues en ese caso me parece perfecto, entonces, pondremos las cartas sobre la mesa y san se acabo, pero si es eso lo que quiere decirme… ¿porque que en el restaurante me dijo que se arrepintió de no haberme pedido el teléfono? nadie que quiere poner distancia dice eso.


Ayssss, basta de imaginar, mejor espero a llegar y lo que sea lo escucho de su propia boca.


Me estacioné frente al Faena, esperaba al botones, pero Oscar me sorprendió cuando se acercó a mi ventanilla.


- Señorita yo me encargo de su auto el señor Pedro la espera.


- Gracias Oscar, es usted muy amable — tomé mi portafolio y mi cartera, me quité los lentes de sol y los guardé en el estuche que estaba en la guantera y bajé.


- Diríjase directamente al ascensor, no hace falta que se anuncie — me dijo mientras me sostenía la puerta del automóvil.


- Perfecto.


Entré por el gran corredor del Faena y me dirigí al ascensor, oprimí el botón de llamada y mientras lo esperaba respiré hondo, me faltaba el aire, estaba tan nerviosa, y como soy tan cobarde para algunas cosas por un momento consideré en volver tras mis pasos, en ese instante, la puerta del elevador se abrió invitándome a entrar, con las piernas tambaleantes y el corazón exaltado lo hice, presioné el piso de la Tower Suite y las puertas se cerraron al tiempo que el ascensor comenzó a subir.


Me miré en el espejo y alisé mi ropa, que alterada estaba pensé, busqué rápidamente el perfume en la cartera y me eché un poco, me pasé el dedo por mis ojos corrigiendo el delineado, si estoy bien, si puedo hacerlo, me dije y me di valor, después de todas las cosas que ya hiciste con él, ahora no puedo sentirme insegura.

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