lunes, 21 de julio de 2014
CAPITULO 30
Venía de vuelta caminando por el pasillo y Noelia salía de la oficina de Pedro, entonces decidí esperarla, me apoltroné en la puerta de la suya.
- ¿Podemos hablar? o ¿estás muy ocupada? Sino vuelvo en otro momento no hay apuro.
- Desde luego Paula, entremos y me decís — entramos y me invitó a sentar, lo hicimos en un sofá que había a modo de estar dentro de su amplia oficina.
- Noelia, quería hablarte porque tengo una decisión tomada con respecto a tu propuesta para ocupar tu puesto, me complace decirte que he decidido aceptar.
Me abrazó.
- ¡¡¡Cuanto me alegro!!! Tendrás todo mi apoyo, sé que no me harás quedar mal, confío en vos Paula y sé que sos muy capaz para sucederme.
- Gracias por esta oportunidad, realmente estoy muy agradecida por considerarme.
Ahora habrá que esperar que la junta apruebe mi moción…
- Estoy casi segura que lo harán, escribiré una carta de recomendación bastante extensa te lo aseguro.
- Noelia una cosa más… con respecto a lo que viste en la oficina de Pedro… no me gustaría que me juzgues a la ligera.
- Es tu vida personal y la de Pedro, no me interesa Paula.
Fue tajante en su comentario.
- Gracias, pero aún así dejame decirte que… Pedro y yo por esas cosas del destino nos conocíamos de antes que él llegara… solo que yo no sabía su apellido, tenemos un amigo en común, así fue como nos conocimos.
- Vaya, debo reconocer que el día que los presenté noté algo raro entre ustedes… te lo confieso y me alegro que mi intuición no me haya fallado.
Paula, quedate tranquila, Pedro es un caballero, cuando te fuiste me explicó lo mismo.
Salí de su oficina y me dirigí a mi escritorio. Me senté a seguir trabajando, pero el sonido de una llamada en mi celular volvió a interrumpirme.
Vaya que día pensé…
- Hola Ezequiel.
- Hola amiga… ¿estás ocupada?
- No, decime…
- Este finde vamos a Los Castores, te llamo para invitarte ¿te prendés?
- ¿Quien va?
- Nosotros, los de siempre.
Pensaba decirle a Mikel también, así que… necesitamos un date para él, pensé que podías invitar a María Paz para presentarlos, porque con Estefanía no hubo onda y quería invitar a Pedro también, ¿no hay problema que lo haga?
- No por supuesto, invitalo.
- Supuse que no habría objeción — se rió al otro lado de la línea — pero quería avisarte por si las moscas…
- Bobo… en un rato te confirmo de María Paz a ver si puede y quiere ir, sé que andaba enquilombada con un juicio. ¿Mati va?
- Si, claro va con Dai, entonces Paula, llamame para confirmarme. ¿Tus cosas, todo bien? hace una semana que no se nada vos, ¿Cómo lo pasaste con el amigo de mi primo?
- Uy es largo Ezequiel, después te cuento, veo que no sabés nada… además acá no puedo hablar, le dije en tono más bajo.
- ¿Nada de qué?
- De lo que pasó — le dije entre susurros, la oficina de Pedro estaba tan próxima que a veces temía que me escuchara — te cuento después tengo que cortarte ahora.
- Bueno, me dejaste muy intrigado, pero nos hablamos más tarde y me confirmás please, si no es María Paz, a ver quién se te ocurre…
- Si quedate tranquilo, yo me ocupo, te llamo y si María Paz no puede veo a quien puedo decirle, beso.
- Ok, beso.
Corté con Ezequiel y me llegó un whatsapp de Pedro
- Almorzamos juntos? ;)
- Bueno =)
- Vamos en 15 te parece?
- Dale en quince está perfecto =P
Tecleé un rápido mensaje para Matias.
- Hola amigo me voy a almorzar con Pedro sorry =( que te dejo colgado para comer, estuvimos hablando, después te cuento. ¿Vas a Los Castores? Hace un rato me llamó Ezequiel.
- No te preocupes por mí, disfrutá mucho de tu almuerzo, me alegro que hayan hablado, ya no aguantaba más tu cara de culo ja ja ja!!! voy con Dai ¿y vos?
- Mal amigo… Depende lo que quiera hacer Pedro, quiero pasar el finde con él.
- Ok, entiendo besos.
Pedro salió de su oficina y se paró frente a mi box, para irnos a comer, en el ascensor nos tomamos de la mano y así salimos del holding caminando hacia el restaurante, éste nuevo Pedro relajado y al que no le importaba el que dirán, me gustaba tanto como el otro misterioso de días atrás.
Caminábamos calmos por la calle, me encantaba el contacto de su mano en la mía, me fascinaba que todos me vean en esa situación con él, parecía un sueño.
- Me llamó Mikel, me dijo que su primo nos invitaba a su casa de fin de semana.
- Si, también me llamó Ezequiel hace un rato, por lo general los fines de semana son un clásico en Los Castores.
- ¿Los Castores? — Preguntó Pedro
- Así se llama el barrio privado donde vamos, es un barrio náutico su casa da a un lago con salida al río, es un lugar muy bonito y tranquilo ¿tenés ganas de ir? Hay piscina, Ezequiel tiene un bote con vela ligera y en las amarras también tiene su velero, lo pasaremos bien. No queda muy lejos, es un viaje de cuarenta minutos por autopista más o menos en las afueras de la ciudad, bastante cerca de donde vivía tu madre, ¿no sé si conocés?
- ¿Cerca de San Isidro?
- Bueno un poco más lejos pero no tanto, esto queda en Tigre. Nordelta se llama el complejo de Barrios Privados.
- ¿Cuando nos iríamos?
- En la tarde después de la oficina, tipo siete ¿te parece?
- Me parece ir donde me lleves bonita…
Me soltó la mano y me agarró del hombro mientras depositaba un beso en mi pelo.
Esa demostración de cariño en plena calle me desarmó y sus palabras… ayssss, creo que estoy flipando en colores.
Giré mi cabeza para verlo y le sonreí, pasé mi mano por debajo de su chaqueta y lo tomé de la cintura enganchando mi dedo en la presilla de su pantalón, caminábamos acompasados, creo que en mi cara tenía instalada una sonrisa boba de feliz cumpleaños.
Wow si nos vieran algunos de la oficina sin duda comenzarían con el lleve y traiga, bah… que me importa, que digan lo que digan, yo me lo estoy gozando y no pienso privarme de nada.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario