domingo, 27 de julio de 2014

CAPITULO 50




Me desperté a su lado, estábamos en la misma posición que nos habíamos dormido, el uno frente al otro.


Dudé si realmente me había dormido o tan solo fue un instante que cerré los ojos, pero mi cuerpo estaba realmente descansado para no haberlo hecho.


Pedro dormía profundamente, sereno, era tan bello.


Me encantaba despertar a su lado y poder admirarlo, durante la noche su barba había crecido, se veía sexy con esa sombra.


Amaba sus labios tanto como a sus ojos.


Amaba a éste hombre que dormía en mi cama, que ocupaba ese lugar que desde hace tiempo permanecía vacío.


Si inspiraba fuerte podía sentir su aroma, Pedro era embriagador en todos los sentidos.


Me sentía privilegiada que se haya fijado en mí, aunque él en varias ocasiones me decía que el privilegio era suyo.


Tenía que empezar a creer en sus palabras, tenía que comenzar a hacer a un lado mis fantasmas, no era justo creer que él era igual que Guillermo, Pedro se estaba esforzando por demostrarlo.


Me levanté con cuidado, me deslicé en la cama con suaves movimientos y fui al baño para atender mis necesidades.
Cuando salí del sanitario, regresé a la habitación, Pedro seguía durmiendo, me encantaba verlo en mi cama.


Fui al vestidor y tomé una bata de seda, me la puse, me quedé parada a los pies de la cama viendo su sueño, velando por él.


Mi amor te voy a extrañar cuando te vayas… se que eso tiene que pasar, pero ahora sabía que nuestra separación seria por cortos tiempos, porque él así me lo había asegurado.


Aún no sé como haremos, no lo habíamos hablado, llegado el momento de la despedida seguro lo definiremos, supongo que él vendría, viajaría para verme siempre que le sea posible, pero aún así me inquietaba su partida.


Abrí la puerta del dormitorio con cuidado de no hacer ruido para no despertarlo, y fui hacia la cocina, tenía hambre y supongo que Pedro cuando se despierte también lo tendrá.


Eran las dos de la tarde, vaya sí que habíamos dormido.
Sobre la mesa del comedor, estaba la cartera que había usado anoche de su interior, salía el sonido de una llamada de mi teléfono, me apresuré en contestar, para que el ringtone no despertase a Pedro.


- Hola… — era un número desconocido, de primera no me contestaron, volví a gesticular — hola…


- Move away from him — cortaron, era una voz femenina, una voz que me habló en inglés, así que no pude dejar de relacionar la llamada con Pedro, pero como habían conseguido mi número.


Un escalofrío me invadió el cuerpo. ¿Quién era que me pedía que me aleje de él? ¿Acaso sería una broma de mal gusto? La intimidación había sido clara y muy perversa.


Quizá, tenía que ver con ese pasado que Pedro quería olvidar y del que prefería no hablar… como una autómata entré en el dormitorio, me asomé para cerciorarme que estaba bien, él seguía durmiendo, al margen de todo, ajeno a mis preocupaciones.


Pensé en despertarlo, abrazarlo fuerte y contarle, pero entonces decidí no hacerlo aún, para qué de esa manera tan brusca, el se veía tan calmado.


Volví a salir en puntas de pie, fui a la puerta de entrada y me cercioré que los cerrojos estén todos colocados, la llamada me había dejado paranoica.


Después de la revisión, me fui hacia la cocina a preparar un buen desayuno con todo lo que le gusta a Pedro, no importaba la hora que era y que la hora del desayuno hubiese pasado, de seguro él iba a estar encantado con el festín de comida que estaba preparando.


Preparé panqueques, huevos revueltos con tocino, french toast, pelé y corté frutas y preparé un mix con ellas, preparé café, cereales, yogurt y jugo de frutas.


Acomodé toda la comida sobre el desayunador y me fui a despertar a Pedro.


Cuando encaré para el dormitorio, él salía de allí desperezándose, se había puesto uno de sus pijamas, los que normalmente dejaba en mi closet, tenía el pelo revuelto y se estiraba, salí a su encuentro, me recibió con un abrazo que devolví de buena gana, necesitaba abrazarlo, necesitaba sentirlo.


- Ey que hermoso recibimiento.


- Abrazame fuerte Pedro — me apartó y me besó en los labios — ¿Qué sucede? ¿Inseguridades nuevamente?


- No, nada de eso, solo necesito abrazarte solo eso. Lo juro. Vayamos a desayunar.


Casi comimos en silencio, ambos estábamos hambrientos, cuando terminamos de hacerlo Pedro quiso empezar a juntar los trastos, pero yo quería hablar de la llamada.


- Espera, necesito que hablemos.


- Paula, por favor recién abro el ojo, no empieces con tus preguntas.


- No, no se trata de eso, necesito contarte algo que pasó mientras dormías.


Me bajé de la banqueta alta que estaba junto a la suya, y fui a buscar mi celular, él me miraba extrañado, me paré frente a él entre sus piernas mientras buscaba el número con la llamada.


- ¿Que pasa Paula?


- Me llamaron de este número, ¿no lo reconoces? — Pedro lo miró pero dijo no conocerlo.




- ¿Por que debería?


- Me hablaron en inglés era una mujer y solo me dijo “Aléjate de él” luego cortó.


Pedro me miró extrañado. Creo que era sincero en su expresión. Me sacó el teléfono de la mano y volvió a ver el número.


- Es prefijo de New York pero no reconozco el número, por otro lado, Paula no estoy con nadie, ni estuve con nadie en este último tiempo que pueda hacer una advertencia así.


Todo es muy raro.


Fue hacia el dormitorio, del pantalón que llevaba puesto anoche extrajo su celular, aún tenía el mío en la mano, yo lo seguía por detrás, bloqueó para que no se reconociera su llamada y marcó ese número.


Entraba el contestador directo.


Me abrazó y me besó.


- No te preocupes, averiguaremos quien está haciendo esta broma de mal gusto.Pero prométeme que no vas a empezar a tejer historias estúpidas en esa cabecita.


- Lo prometo — me abracé con fuerza a su cuello, como estaba descalza tuve que hacer puntas de pié, cerré mis ojos muy fuerte y lo estrujé con ímpetu.


Guardó el número en su celular.


- Ven acá — dejó los dos celulares sobre la cama y me llevó hacia el baño — vamos a tomar un buen baño, nos lo merecemos.


Me sonreí y accedí gustosa, como resistirme a un baño con él.


Sí él decía que no había que darle importancia, sin dudas no había que hacerlo, decidí confiar en Pedro era lo que le había prometido. Llenamos la bañera y nos metimos en ella.
Hicimos el amor,Pedro se enterró en mí de todas las maneras posibles que el lugar permitía, el agua era un torbellino que salpicaba hacia todos lados por la intensidad de nuestros movimientos, me besó, me chupo y me embistió con ímpetu como si no estuviera lo suficientemente dentro de mí.


Nos movimos acompasados por un buen tiempo, entrando y saliendo, escalando juntos para llegar a la cima, a ese lugar donde solo llegábamos con el roce de nuestros cuerpos, con la fusión de nuestros sexos, ese lugar desde donde luego caíamos a un abismo de sensaciones, de necesidades contenidas.


Pedro me tenía con fuerza de la cintura, me bajaba con nervio para llenar toda mi profundidad yo estaba aferrada a su cuello, y me movía heroica y poderosa sabiendo que con mi movimiento iba hacer que él consiguiera lo que tanto deseaba.


Su cara entregado al placer era un poema, verlo así extasiado era la perfección y tenerlo dentro de mi era el paraíso.


Empecé a sentir que mi vagina comenzaba a fabricar temblores, y no hizo falta decirle lo que estaba pasando, él lo percibió creo que pudo sentir como mi sexo lo apretaba con fuerza.


- Así nena, así dame tu orgasmo, dame tu gloria.


Grité su nombre, que ahogue en un beso de su boca y él también gimió en ella mientras se corría, vació sus necesidades en mi vagina, primitivamente con embistes dolientes y salvajes.


Nos quedamos abrazados mientras recomponíamos nuestra agitación. Me besó en los labios y salió de mi interior.


- Magnífica, perfecta, cada día me sorprende más nuestra conexión.


- Siento lo mismo — le dije apabullada por las sensaciones que despertaba en mí su cuerpo.


Nos quedamos un rato más en el agua hasta que comenzó a enfriarse, luego salimos.


Nos vestimos con jeans y camisetas de algodón, Pedro tenía ropa en mi closet, así que eso no fue problema.


Era la tarde, habíamos visto una película en DVD y luego de eso habíamos hablado de nuestras familias, nos contábamos anécdotas vividas con ellos, Pedro cuando hablaba de sus padres o de sus hermanos lo hacía con mucho cariño, me encantaba que sea tan familiero, era una manera de conocernos, también hablamos de música, de platillos favoritos.


Me contó que el último año viajó mucho, se refirió a algunos lugares que había visitado en el África.


Me encantó saber que llevó donaciones para ayudar a apalear el hambre y las necesidades de ese continente.


Cuando comenzó a anochecer, Pedro llamó a Oscar para que lo viniese a buscar, se fue a su hotel.


Me costó mucho despedirme de él y a él también le costó mucho despedirse de mí.


Cuando Oscar le avisó que estaba abajo esperándolo nos dimos una serie de interminables besos, finalmente se fue.


En la tranquilidad de mi departamento, cerré los cortinados, me preparé un sandwich y me senté en el sofá de mi sala a leer unos informes de gastos.


Quería adelantar trabajo, ya que a veces los largos almuerzos que pasaba con Pedro hacían que me atrasara en mis tareas administrativas de la empresa.


Mi celular vibró, era un whatsapp de él.


- Ya te extraño, nena esto no es normal pienso en vos y me pongo duro al instante, ¿que estás haciendo con mi vida?


No pude dejar de sonreír al imaginarlo con una erección.


- ¿Por que tengo que ser la culpable? Creo que el culpable es tu cuerpo que es insaciable, me encantaría estar ahí para ayudarte y proporcionarte alivio, sabes que soy muy solidaria.


- Paula, me estás enloqueciendo pero en el buen sentido.


- No te preocupes terminaremos en el loquero los dos, porque me llevás por el mismo camino.


Mi teléfono sonó creí que era Pedro así que atendí sin mirar.


- ¿Estás muy excitado?


- Leave him alone, bitch — luego de articular en inglés esa frase cortaron, era la misma vos de esta tarde.


Miré el teléfono pero era otro número, no era el mismo porque al otro lo había agendado por si volvía a llamar, traduje la frase en mi mente, “Dejalo en paz, Zorra”. Marqué el teléfono de Pedro.


- Ey preciosa, que lindo oír tu voz.


- Volvieron a llamarme — le espeté de una.


- ¿Cómo? ¿Desde el mismo número? — la alarma en su voz era evidente.


- No desde otro.


- ¿Que dijeron? — Intentó recuperar la calma, supongo para no alarmarme más de la cuenta.


- Dejalo en paz, Zorra.


- Shit esto me está fastidiando. ¿Era la misma persona, pudiste darte cuenta?


- Sí Pedro era la misma, estoy casi segura.


- Quiero que te quedes tranquila, ya están trabajando para rastrear el teléfono que utilizaron, pasame éste nuevo, para poder entregarlo y que se encarguen, Paula, fuera pensamientos extraños, acordate lo que te dije hoy no existe nadie en mi vida excepto tú.


- Confío en lo que me decís Pedro, pero no puedo dejar de sentirme intranquila. ¿Quién puede estar tan trastornada para hacer esto? ¿A quién le partiste el corazón? pensá por Dios, es un momento de mierda.


- Lo sé preciosa, lo sé, te juro que encontraremos a la persona que está haciendo esta broma, tengo los recursos para hacerlo.


- Eso espero que sea solo una broma.


- ¿Querés que vaya para allá y me quede con vos?


- No está bien —intenté encontrar cordura — no es necesario, esto es solo un fastidio, si no es una broma esa persona está lejos, así que no hay peligro. Cualquier cosa te llamo, lo prometo.


- De acuerdo, tienes razón, si fuera un verdadero peligro créeme que realmente no me hubiera ido de tu lado.


- Lo sé, un beso Pedro.


- Otro, descansa. Hasta mañana.


- Hasta mañana.


Ni bien corté le envié por texto el último número, luego de eso intenté seguir con lo que estaba haciendo.


Trabajé durante otra hora, tenía la vista cansada, así que guardé todos los papeles y me fui a acostar, además quería dormirme temprano puesto que mañana era un día importante, había junta en la oficina y se anunciaría mi nombramiento, no quería lucir horrible.


Así que, me puse un pijama de seda y me metí en la cama. Cambié de almohada, tomé la que había usado Pedro la noche anterior, esa tenía su perfume y nada más embriagador que dormirme con su olor.


Hmm… sí… la almohada huele a Pedro será como tenerlo a mi lado, aunque en realidad nada se compara a estar verdaderamente a su lado.


No me costó conciliar el sueño, ya que estaba decidida a no darle importancia a esos molestos llamados, tenía cosas más importantes que atender.


No podía pasarme desconfiando de todo, solo por el hecho que un hijo de puta como Guillermo, una vez me haya cagado.


Pedro era diferente, él desde un principio, siempre se había mostrado sincero conmigo, no tenía porque estar mintiéndome.


Por la mañana como de costumbre a las siete sonó mi despertador, estaba de remolona en la cama, cuando diez minutos más tarde recibí un llamado de Pedro.


- Hola preciosa buenos días — su voz era una caricia para mis oídos, como extrañaré sus llamados en la mañana cuando se vaya a New York.


- Hola ojitos, te levantaste temprano… yo todavía estoy haraganeando en la cama.


- Estoy saliendo de la ducha, quería saber si dormiste bien — me lo como, me encanta que se preocupe por mí.


- Muy bien, no tanto como cuando me despierto a tu lado, pero escuchar tu voz ni bien me despierto, es una muy buena manera de comenzar el día.


- Igual para mí, ¿preparada para tu nombramiento? — caí en la realidad, finalmente es hoy pensé.


- Sí, ahora que lo pienso creo que me pondré nerviosa — mientras hablaba con él, había salido de la cama y estaba preparando el baño para entrar a ducharme.


- Tranquila todo irá bien, te dejo para que puedas arreglarte, ponte muy linda, más de lo que sos en realidad, beso preciosa, nos vemos en un rato


- Uff cuantos piropos, como me gusta… mi ego está en la cima… — Pedro se rió — beso blue eyes, voy a ducharme no veo la hora de verte y darte un besote, bye.


- Bye, bye, te tomo la palabra, estaré esperando ansioso mi beso.



Llegué al holding…
Con Pedro teníamos una rutina, cuando la noche anterior no dormíamos juntos, él me esperaba afuera del estacionamiento con su auto a que yo llegara.


Cuando me veía arribar, su automóvil se ponía en marcha y entraba, Oscar me allanaba el camino por delante, conseguía lugar donde estacionarme y luego se marchaba.


Entonces Pedro se pasaba a mi vehiculo, en donde nos saludábamos con unos cuantos besos bajo la parcial intimidad de mis vidrios tintados, tonteábamos un poco y luego bajábamos para empezar a caminar juntos hacia la entrada del edificio.


Estábamos en el hall de entrada junto a los ascensores, el edificio estaba bastante vacío por la fecha que era, muchos ya habían comenzado sus vacaciones de verano.


Subimos al piso donde se encontraban las oficinas de la administración de Mindland.


Al salir del elevador, nos encontramos con personal de otras secciones, que estaban ahí para asistir a la junta que se había convocado.


Todos nos saludaron.


Pedro se quedó hablando con unas personas del departamento de desarrollo y yo seguí caminando hacia mi escritorio.


Cuando llegué, un enorme ramo de flores estaba sobre él. Lo admiré por un instante, era bellísimo, lo tomé en mis brazos y olfateé el perfume de las flores, hace tanto que no me regalan flores pensé…


Volví a apoyarlo y me hice de la tarjeta que venía en un sobre cerrado.



¡¡Felicidades!!
A mi ex compañera ocasional de cama
En este día tan especial en tu carrera.
Quiero que sepas que soy tu gran admirador
Éxitos en esta nueva etapa laboral.
Tú actual pareja
Pedro A.


- Sí será tonto — hablé en voz alta, se me llenaron los ojos de lágrimas de la emoción,Pedro era siempre tan atento, siempre estaba en todos los detalles, me enamoraba a cada instante.


En ese preciso momento él venía caminando y se paró frente a mi box.


Le hice un gesto con mi dedo índice atrayéndolo hacia mí.


Miró hacia ambos lados y entró, lo tomé de la solapa de su americana y le dí un furtivo beso y me aparté de él, no quería hacer demostraciones en la oficina, aunque ya muchos se imaginaban lo que ocurría entre nosotros.


- Gracias, son verdaderamente ¡¡hermosas!! Hiciste que me emocionara.


- Me pone muy contento que te hayan gustado.


- ¿Así que ahora pasamos a ser pareja? — Le pregunté en tono guasón.


- Creó que es hora que vayamos poniéndole nombre a lo que tenemos vos y yo ¿no te parece?


- Me parece perfecto, para que dejen de mirarte con malas intenciones, y sepan que sos mío, solo mío — Pedro se carcajeó — sí reíte ojitos que recién la arquitecta se te estaba haciendo la linda, y no te sacaba el ojo de encima.


- No es cierto… nada que ver…


- Mejor no digas nada, que sé de sobra que sos muy perceptivo cuando una mujer se fija en vos, no te hagas… dejá de hacerte el lindo.


- Solo tengo ojos para vos.


- Mentiroso, sos bastante mirón… ya te voy a empezar a hacer notar cuando vayamos por la calle y mires, o… mejor aún, voy a empezar a mirar yo también a ver si te gusta — levantó una ceja, luego se rió con una sonrisa muy pícara, hizo un paso hacia atrás y miró para comprobar que nadie venía, se volvió y me robó otro beso.


Pedro y yo cada vez estábamos más cómodos con nuestra relación, comenzábamos a disfrutar mucho.


Se fue a su oficina a contestar unos correos antes de la junta, y yo me fui para la sala después de buscar un jarrón y poner las flores en agua.


Llegó MaTi y se sentó a mi lado.


- Tremendo ramo de flores en tu escritorio, ¿te las regaló el big - boss? — me dijo mientras me saludaba.


- Sí, ¿no es hermoso?


- Dejá de babearte… das asco la cara de estúpida que pones cuando hablas de él.


- Acabamos de ponerle nombre a nuestra relación, somos pareja.


- Wow, ¿en serio? ¡¡¡te felicito amiga!!!


- Gracias.


- Que plomo esta reunión de último momento, todos nos enteramos hoy que se hacia. ¿No sabes para qué? ¿Pedro no te dijo nada?


- Shh ven, acércate que te cuento — le dije en su oído lo de mi nombramiento.


- ¿En serio, ya es oficial? — Matias abrió los ojos muy grandes y se sonrió de oreja a oreja no podía disimular lo contento que estaba.


- Shh habla despacio… — lo regañé.


- Bueno, está bien, es que no me lo esperaba, creí que hasta marzo no habría novedades — dijo entre susurros — que ganas de abrazarte Paula tenemos que festejar.


- Se adelantaron las cosas porque Noelia se va antes.
También tengo ganas de abrazarte amigocho y de festejar con vos.


- Si muchas ganas, muchas ganas, pero soy el último en enterarme.


- No te enojes, Pedro me absorbió todo el domingo, igual me enteré el sábado por la noche y cuando quedé sola e iba a llamarte, pasó algo que me sacó de foco, ese es otro rollo, después te cuento — justo en ese instante entraron en la sala Pedro y Noelia.


Ni bien Pedro entró dio una ojeada en general y luego me echó una mirada furtiva, caminaba decidido, llevaba puesto un traje azul a medida con gran porte, el era tan alto y tan buen mozo que jamás pasaba inadvertido.


Miré a mi alrededor, había unas cuantas solteras desesperadas en el lugar, que lo miraban con ganas, ¡ja! ni se ilusionen, porque éste hombre ya tiene dueña, es mío, absolutamente mío.


Pedro dio los buenos días a todos, él presidía la junta, también agradeció que hayan dejado de lado sus ajustadas agendas del día para asistir a la reunión, ya que se había avisado con muy poca anticipación.
Seguido, comenzó a explicar de qué se trataba el asunto.
Empezó elogiando el trabajo de Noelia, enumeró uno a uno los logros durante su gestión en el departamento de finanzas de Mindland Argentina.
Luego siguió hablando del equipo de trabajo que Noelia había logrado formar y especificó que en Mindland Central Bureau NYC estaban muy conformes con la forma en que acá se trabajaba. Seguidamente, dijo que era una gran pena que Noelia se separara de este actual equipo, pero que le deseaba lo mejor en su vida personal ya que ella se casaba en Marzo.
Todos se asombraron realmente con la noticia, si bien se sabia de su casamiento puesto que el chisme había corrido por los pasillos, nadie pensaba que ella podía abandonar su trabajo por ésta decisión.


Seguido eso la aplaudimos.


- Se que esta es una novedad que no se esperaba y como sabrán se viene una etapa de cambios.
Desde mi llegada, Noelia me ha puesto al tanto de su decisión, quiero informarles que he intentado disuadirla por todos los medios para que no nos deje, pero luego que ella me puso en total conocimiento de sus motivos, terminé entendiendo sus razones.
Noelia se va del país y estoy segura que encontrará muy buenas oportunidades de seguir creciendo en Francia.


- Gracias Pedro, juro que voy a extrañar esta empresa — dijo ella sinceramente conmocionada.


- También te echaremos de menos, no lo dudes, pero aún gozaremos de un mes más de tu trabajo y de tu presencia.


- Así es, trabajaré todo enero, como acordamos —Pedro asintió con su cabeza.


- Tengo otro anuncio muy importante que hacerles — todos escuchaban atentamente, mis piernas habían comenzado a temblar porque se venía el momento en que yo pasaría a ser el centro de atención, mierda, con lo que a mi me gusta eso, hacela corta ojitos que todo pase lo más pronto posible — como les dije, con la partida de Noelia se avecinan cambios — hubo un murmullo generalizado, Pedro elevó un poco el tono de su voz y continuó — se ha evaluado en Central Bureau teniendo en cuenta que los posicionamientos en el mercado de Mindland Argentina son muy buenos y se ha llegado a la conclusión que realmente queremos seguir adelante con una gestión que no implique demasiados cambios en la forma que actualmente se trabaja, por dicho motivo, la dirección general de Mindland Internacional quiere que, quien suceda a Noelia, continúe con su modus operandi, y para eso se determinó que alguien de su actual equipo sea quien la suceda, así que me complace anunciar que nuestro nuevo gerente de Finanzas en Mindland Argentina es Paula Chaves.


Muchos se quedaron con la mandíbula caída, creo que mi juventud y mi experiencia los hicieron dudar a muchos de mi idoneidad para el puesto.


Mati se paró efusivamente y me dio un beso y un abrazó muy fuerte, Noelia por su parte me deseó mucha suerte, y expresó que estaba segura que yo iba a saber llevar adelante con mucho talento el puesto, también me comentó al oído — te dije que ese puesto iba a ser tuyo.


- Gracias por tu recomendación, Pedro me dijo que influyó mucho en la decisión.


- No seas modesta, sé que en realidad fue tu talento, ya me enteré de lo de Chile — me quedé con la boca abierta ¿Cómo lo supo?


- Vaya las noticias vuelan.


- Eres buena Paula, muy buena, eres un diamante en bruto para esta empresa, ojala te sepan aprovechar — me sonreí.


- Gracias por tus dichos, quiero que sepas que realmente te admiro y que vos me digas esto, para mí es un lujo.


Pedro también se acercó a felicitarme, me abrazó y me dio un beso en la mejilla y me deseó muchos éxitos, todo muy austeramente, aunque nuestras miradas cuando se cruzaron dijeron mucho más que eso.


Todos los de finanzas que estaban ahí, también se acercaron a saludarme, sabía de sobra que había muchos que lo hacían muy falsamente, pero jódanse, la jefa seré yo muy que les pese.


La gente de otras secciones que también estaban presentes, también esperaron su turno para felicitarme
Era bastante tedioso el momento, pero había que pasarlo.
Formalmente la reunión había terminado. Pedro estaba hablando con unos ingenieros, lo observaba desde lejos, de pronto vi que su humor cambió, su gesto se volvió parco y adusto, conocía ese gesto.


Seguía escuchando a la persona con la que estaba hablando pero ya no le prestaba la misma atención que hace un momento.


Vi que se disculpó, y entonces pidió si por favor lo escuchaban que quería decir una cosa más.


Obviamente todos le prestamos atención.


- Realmente no tengo por qué dar estas explicaciones, pero mi educación así me lo marca.
Para quien le quede alguna duda, el nombramiento de Paula, se basó en la evaluación que la junta de Mindland NYC, hizo de su trabajo en la empresa.
Ella ha presentado un plan de evacuación para una de nuestras empresas y la dirección general ha quedado fascinada con su propuesta y su talento, además se le pidió a Noelia que de acuerdo a su criterio nos de un nombre para saber a quien ella consideraba como la persona más idónea para sucederla, y nos indicó a la Señorita Chaves como la correcta.
Aclaro esto porque no quiero volver a escuchar por ahí, ciertos comentarios de mal gusto, cada uno es dueño de creer lo que quiera, pero no le faltemos el respeto a Paula con tanto descaro, su vida privada nada tiene que ver con su nombramiento. También en esto que digo estoy exigiendo respeto a mi persona.
Acá, tanto Paula como yo, venimos a trabajar y es lo que hacemos durante todo el día, nuestra vida personal, lo que ocurre a puertas afuera de la empresa,
solo nos incumbe a nosotros.
Espero haber sido lo suficientemente claro.
No confundan mi buena predisposición en el trabajo con exceso de confianza, que yo desde un primer momento haya sido condescendiente con la investidura de mi puesto, no quiere decir que mis empleados o sea ustedes, tengan derecho a juzgar mi intimidad, al menos no en mi propia cara, exijo el mismo respeto con el que yo los trato a diario a cada uno. Siento mucho hablar en general, pero la o mejor dicho las personas que hicieron esos comentarios tan desacertados sin siquiera fijarse que yo estaba muy cerca escuchando, sin duda se darán por aludidos, sé que saben muy bien a quien va dirigido este pequeño llamado de atención.
Pero la advertencia es para todos, espero haber sido muy claro. Y ahora cada uno puede retirarse a seguir con sus obligaciones, hay mucho trabajo y el día laboral recién empieza.
Desde febrero, todos los presupuestos tendrán que ser aprobados por Paula Chaves, le guste a quien le guste y al que no, tienen una carta abierta de renuncia en la oficina de personal a su disposición.
Buenos Días a todos, vayan a retomar sus tareas que no podemos darnos el lujo de desatender nada.


Todos quedaron mudos, yo otro tanto, además de sentirme roja como un tomate.


Pedro estaba enajenado, les salían chispas por los ojos, jamás lo había visto así, en plan de big-boss, hasta sonó pedante en su discurso.


Solo le faltó decir si quiero pateo los traseros de todos ustedes porque soy el hijo del dueño y por que me da la real gana.


¡Mierda¡


Se acercó a mí, me puso la mano en la cintura de manera muy familiar, cosa que realmente me sorprendió.


- Vamos a almorzar, Mati, Noelia, ¿vienen con nosotros?


- Por supuesto dijeron ambos — Salimos de la sala, Pedro estaba realmente cabreado, se fue sin saludar a nadie y me guió de la cintura a la salida.


- Mati por favor podrías decirles a Duró y a Toscani si quieren venir con nosotros a almorzar.


- Claro Pedro yo me encargo.


- Ok, muchas gracias, diles que vamos a Kansas nos encontramos allá.


Salimos de la sala de conferencia.


-Vamos a mi oficina — me dijo con tono autoritario y no me atreví a negarme.


Abrió la puerta de la oficina y me dio paso para que entrase primero.


En la intimidad que su despacho nos ofrecía me dijo:
- Ven acá dejame felicitarte como realmente quería hacerlo — me abrazó y me besó en la boca — aunque yo ya tuve mi festejo personal — bromeó luego de abandonar mis labios.
- Oh si, por supuesto que lo hemos tenido — nos reímos y volvió a besarme.


Dejó en mis labios su marca registrada, cuando se apartó intenté que me contara lo que había pasado para que se encabrone como lo había hecho…


- ¿Puedo preguntar por qué te pusiste de esa forma en la reunión?


- Prefiero no entrar en detalles porque levanto temperatura nuevamente, ¿no sé qué se piensa la gente? uno sabe que siempre hablan, es obvio eso, pero de ahí a que lo hagan en mi cara y con un total descaro, eso no lo voy a tolerar.
Mejor dejemos esta conversación porque llamo a la oficina de personal y les pego una patada en el trasero a cada uno de los que estaban hablando.


- ¿Hablaban de vos y de mí?


- Sí, Paula, basta por favor.


- Ok, como gustes. Gracias por defenderme.


- ¿Cómo crees que podía quedarme callado? — le sonreí y lo besé.


- Sos hermoso, por dentro y por fuera.


- Tonta…


- Yo te digo que sos hermoso y vos me decís que soy tonta, no es justo… quiero un halago también — me abrazó muy fuerte.


- Ay Paula, sos increíble, en tus brazos me olvido de todo.


Sonó mi teléfono, y como era número desconocido tuve un presentimiento así que puse el altavoz para que Pedro también escuchara, atendí…


- Hola


- Hey bitch, how long you are going to use it, where you want to climb? (Hola zorra, ¿hasta cuando lo vas a usar, hasta donde querés escalar?) — era nuevamente la voz de esa mujer, solo dijo esa frase y cortó.


- Shit — insultó en voz alta, mi corazón latía desbocado — déjame ver el número. Esto ya se está poniendo insoportable.


- ¿No reconociste la voz?


- No, I know fuck-all about it, fue muy breve y me tomó por sorpresa como para hacerlo.
Es otro número, siempre de NY los anteriores eran teléfonos descartables, imposible rastrearlos, sin duda este también debe serlo, fucking.


- Digo yo… si es alguien de NY como sabe que vos y yo estamos juntos.


- No lo sé…


- ¿Le contaste a alguien de nosotros?


- No, bueno, Alison lo sabe, lo supo mientras estaba acá. Pero ella es muy discreta, además pronto será de mi familia, quizá le haya contado a mi hermano, no creo que a nadie más.
Por otro lado, nadie con quien haya salido puede creerse con derechos para hacer esto, y eso es lo que más me extraña.


- Quizá vos no crees que pueda sentirse con derechos, pero ella sí.
Posiblemente mal entendió lo que ustedes tuvieron, es obvio que piensa que si yo no estuviese a tu lado, tal vez podría tener una oportunidad, ¿con quien filtreabas antes de venir? Pensá ahí debe estar la respuesta.


- Es un fastidio estar hablando de esto — Gritó


- Para mí lo es más, pero quiero saber quien es para que se acabe, es a mí, a quien están acosando.


- Lo sé, lo siento, me disculpo y créeme que no tengo idea de quien puede ser, de saberlo te aseguro que esa persona ya no estaría molestándote.
No tuve nada importante con nadie, solo historias de una sola noche que no se volvieron a repetir.


Definitivamente ese llamado, nos había puesto de muy mal humor.


Salí del despacho de Pedro, me fui a mi escritorio para adelantar trabajo, hasta que se hiciera la hora del almuerzo.
Como las noticias en la oficina corren a velocidad desmesurable, cuando salí del despacho de Pedro, Carolina se acercó a felicitarme, creo que estaba un poco asustada, pensando que tal vez no pudiese continuar en su puesto.


Desde luego que la tranquilicé, le expliqué que no estaba en mis planes hacer cambios en el personal, y que además, ella sabía de sobra el manejo de todo cuanto allí acontecía, lo que obviamente nos allanaba el camino, así que si Carolina estaba conforme con ser mi secretaria a partir de febrero, para mí era genial.


Fue un día largo y muy particular, estaba cansadísima, creo que Pedro lo notó, así que no me dijo nada para que nos veamos, nos despedimos en el estacionamiento y él se fue para el hotel y yo para casa.


Camino a mi departamento llamé a mi madre para contarle las buenas nuevas de mi ascenso, mamá gritaba como loca y llamaba a Gonzalo y a Mariana mi cuñada que obviamente no entendían nada, mi hermano le quitó el teléfono a mamá y me pidió que le explicase.


Brevemente le di los pormenores de mi ascenso, él estaba muy feliz también, no paraba de felicitarme, mamá volvió a tomar el teléfono y ya más calmada, empezó con toda la parafernalia de siempre, de que si comía bien, de que si descansaba mis ocho horas diarias de sueño, que trate de comer sano, y para variar si no había ningún candidato.
Asentí a esa pregunta también.
Creo que mi respuesta realmente la sorprendió, la dejé sin palabras.


- ¿Mamá estás ahí?


- Sí Paula acá sigo, me dejaste sin habla, pero quiero saberlo todo, quiero saber quien es, cuanto hace que estas con este muchacho.


- Hace poco mamá, estamos aun conociéndonos, pero los dos estamos muy entusiasmados, creo que tal vez pueda funcionar. Se llama Pedro.
Es amigo de un primo de Ezequiel, tiene dos años más que yo y es muy buen mozo, después te envío una foto para que lo conozcas, ahora estoy manejando.


- Hija cuanto me alegra que hayas conocido a alguien, de todas formas ve despacio para que puedas conocerlo bien.


- Mamá Pedro es un caballero, a veces hace cosas que realmente me asombra, no es como los hombres que estoy acostumbrada a frecuentar, es muy educado, muy atento. Él tiene otra educación, es un empresario y es estadounidense.


- Muero por ver esa foto que me prometiste.


- Te la mando, seguro, ¿ustedes están todos bien? ¿los niños cómo están?


- Todos bien, Clara estuvo con fiebre pero fue un virus, ya está bien, Francisco está más toquetón que nunca, ahora camina agarrándose de las cosas y toca todo lo que está a su alcance, me rompió un montón de adornos, con Marina tuvimos que cambiar todas las cosas de lugar.


- Es la edad ya se le pasará — me reí.


- Con Clara no tuvimos que lidiar así, ella nunca tocó nada, pero este niño se pasa de travieso.


- Es varón mamá.


- Sí eso supongo.


- Ya falta poco para verlos, los extraño mucho.


- Y nosotros a vos mi amor.


- Te dejo mami, estoy llegando a casa.


- Bueno hija querida, cuídate mucho y saludos a Pedro.


- Sos terrible… después te mando la foto, te la envío por email y me decís que te parece.


- Uff dale, voy a poner mi ojo clínico en acción.
Recuerdo bien cuando vi a Guillermo por primera vez, si me hubieses hecho caso…


- Basta ma, ya no tiene caso hablar de eso. Beso te quiero.


- Beso hija te adoro.


Me sentía muy feliz de haberle contado de Pedro a mamá.
Cuando llegué a casa, después de ponerme ropa cómoda, me senté en el sofá con mi Mac y le envié a mamá la foto y por mensaje de texto le avisé que lo había hecho, estaba segura que estaría esperando.
Y no me equivoqué.


Creo que mamá estaba pegada al teléfono y a la computadora, porque enseguida sonó mi celular.


- Paula, ¿de dónde sacaste ese chico? Es un bombón hija.


- Verdad que es bonito — me carcajeé.


- Es un adonis, tiene unos ojitos muy pícaros, ¿sabés que no sé a quien me hace acordar? Definitivamente es muy buen mozo me encanta como se ven juntos.


- Me tiene embobada mami, estoy preocupada por sentir tantas cosas tan pronto.


- ¿Y él?


-Pedro dice que también está igual conmigo, pero soy tan desconfiada, que me lo tiene que decir a cada momento, tengo miedo de cansarlo con tanta aprensión, estoy intentando darle un voto de confianza.


- Bajá un poco la guardia hija, no creo que exista otro más hijo de puta que Guillermo, no metas a todos en la misma bolsa.


- Sí, eso mismo me digo a cada momento, pero cuesta, y encima estoy tan atontada con él, que tengo miedo de sufrir otra vez, no lo puedo evitar sentirme así.


- Mi vida, no pienses cosas malas, disfruta, lo que tenga que ser será, pero arriesga tu corazón, no permitas que se quede adormecido en el pasado.


- Lo sé mami, lo sé.


- Bueno hija te dejo, Pedro me encantó, espero que todo siga adelante entre ustedes, así pronto puedo conocerlo.


- Ojalá mami, beso cuidate.


- Vos cuidate más. Besos.




La semana pasó volando, los llamados misteriosos de esa mujer seguían llegando a diario, a veces llamaba hasta cuatro o cinco veces en el día para insultarme, cada vez estaba más hostil, me dejaba advertencias, pero casi siempre ordenándome que me alejara de Pedro que lo iba a pasar muy mal, y él, por más que lo intentaba seguía sin poder averiguar nada, ahora había empezado a llamarme de madrugada interrumpiendo también mi sueño, la situación era insostenible porque inclusive a veces terminábamos peleándonos entre nosotros.


Era viernes no había salido a almorzar porque estaba terminando de revisar un balance con Mati que no nos daba, lo habíamos dado vuelta de un lado para el otro y no podíamos encontrar el error, inclusive Noelia le había dado una ojeada y parecía que lo había hallado, pero no, todo seguía mal.


Tiré la lapicera en el escritorio y me tiré hacia atrás en la silla, tomándome la cabeza que me dolía considerablemente..


Mi teléfono sonó…


- Apuesto a que no te contó de su esposa Julieta. Podría apostar a que no lo hizo — la llamada fue brevísima, pero me había aclarado muchas cosas, estaba sin habla.


Pedro estaba casado.


Estuvo jugando conmigo todo éste tiempo.


- Hijo de puta me va a escuchar — me levanté como demonio que lleva el viento, hecha una verdadera furia y sin golpear entré en su despacho.


- Ey, ¿qué pasa? — tapó el teléfono y al ver mi cara descompuesta de ira, se disculpó y cortó la llamada que estaba atendiendo.


En ese preciso momento y sin pensarlo tomé de la mesa baja una bola de cristal que estaba ahí como adorno, y se la tiré por la cabeza, menos mal que Pedro tiene buenos reflejos y la esquivó, puesto que si el golpe le entraba de seguro lo hubiese lastimado — ¿estás loca?


Se puso de pie y fue hasta donde yo estaba parada.


- ¿Cuándo mierda me lo pensabas decir? ¿hasta cuando me lo ibas a ocultar? no sí ya sé, nunca me lo dirías, te ibas el 22 y si te he visto no me acuerdo ¿verdad? — mis gritos retumbaban en toda la oficina.


- Como un carajo, no sé de qué mierda estás hablando, enloqueciste o ¿qué?


- ¿A no sabes? DE JULIETA ESTOY HABLANDO, DE QUE ES TU ESPOSA, DE QUE ESTÁS CASADO — Pedro palideció — ¿Qué otra mentira me vas a decir ahora? ¿Que pasa, estás asombrado, se te cayó el teatro verdad? te estabas echando la real caña al aire de tu vida conmigo ¿no es cierto?


- Paula podes calmarte y dejar de gritar que estamos en la oficina.Dejame explicarte.


- No, no quiero que me expliques nada, sos un hijo de puta mentiroso de mierda, no quiero saber nada más de vos — no sé como hice para contener las lágrimas, pero no estaba llorando — todos los hombres son la misma mierda piensan con lo que tienen colgando de las piernas nada más, no tendría que haber confiado nunca en vos, sos otro gran error en mi vida, creí que eras diferente pero sos la misma mierda que Guillermo.


- Dejáme que te explique por favor — quiso agarrarme de un brazo y entonces lo abofeteé.


- No te atrevas a volver a tocarme. Hijo de puta ¿cómo pudiste hacerme esto? yo confié en vos.


- Mirá Paula, estoy cansado de intentar e intentar continuamente convencerte que lo que te digo es cierto, no querés que te explique, bueno es tu decisión, a la mierda con todo, si eso es lo que querés.


- ¿Qué pretendés, que me convierta en la otra? ¿tan mal te atiende tu esposa que necesitás buscar afuera placer en otras mujeres? ¿o pretendés presentármela y que hagamos un Ménage à Trois? No, claro, apuesto que no sabe nada de tus amantes ¿cómo te las arreglás? porque tus amantes si se enteran de tus amoríos ¿tan pelotuda es tu mujer? — me miró fulminándome, su mirada realmente era escalofriante, pero no dijo nada, luego de un momento, con voz muy calma y dándose la vuelta mientras se situaba tras su escritorio me dijo…


- Andate de mi oficina, por tu pelotudez dejé de lado una llamada muy importante, tengo trabajo y asumo que vos también y cuando te vas no golpees la puerta, porque si se rompe algún vidrio te lo descontaré de tu sueldo.


- Por supuesto que me voy, no me interesa hablar de nada más con vos.

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