miércoles, 30 de julio de 2014
CAPITULO 59
Había pasado un mes…
Necesitaba un respiro en el trabajo. Esa mañana se levantó considerando que había sido un mes muy intenso en la actividad de ponerse al corriente con todo y organizarse de acuerdo a los nuevos planes de economía que había elaborado.
Ayer había enviado los primeros informes desde que había comenzado su gestión y todos estaban en orden y a la espera de evaluación de la plana mayor de Mindland en Estados Unidos.
Se habían conseguido cuatro franquicias y concesiones nuevas, en diferentes Shopping muy importantes del país y estaban a pocos días de abrir el primer local en el sur, que se había armado en tiempo record.
Paula contaba con un equipo de trabajo magnífico y consideró que se estaban adaptando muy bien a sus directivas, estaba muy conforme.
Desde hacía una semana se había incorporado a su staff un nuevo administrador Claudio Lamas, que ella misma se había encargado de seleccionar en una ardua entrevista de trabajo que realizó durante tres días seguidos.
Paula había dejado muy en claro que en su gestión se trabajaría en conjunto con el resto de los departamentos que conformaban la empresa y no le perdía pisada a nadie, quería llevar a Mindland a lo más alto en su país y estaba siendo una piedra en el zapato para muchos.
La semana pasada había elaborado un estudio de adquisiciones de dinero, rentabilidad, inversiones, liquidez y reinversiones, basado en el día a día de las fluctuaciones del mercado, y estaba llevando a cabo una investigación muy minuciosa para conocer las tendencias económicas y su implicaciones, pues consideraba que era necesario ponerse al tanto de los cambios de la legislación fiscal y de sus actualizaciones, ya que para ella era una función básica de planeación, pronóstico, cálculo y aprovisionamiento de dinero.
También estaba encomendada a la tarea de procurar mantener el equilibrio económico de la empresa a pesar de las fuertes inversiones que se habían hecho y para ello necesitaba elaborar un uso óptimo de recursos, en cuanto a cantidad, calidad y oportunidad, tanto de las fuentes que suministran los fondos como del empleo que de ellos se crea.
Todo esto, lo había reflejado de manera muy sencilla y entendible en sus informes enviados a New York para que no quede ninguna duda de sus nuevos objetivos.
La maximización del valor actual neto de la empresa y la financiación para la actividad comercial y respaldar sus operaciones, las inversiones de capital y el crecimiento a corto plazo era lo más urgente.
Había enviado una nueva información financiera que se había obtenido del resultado de las últimas inversiones y que ponía claramente al descubierto el rendimiento de la inversión y del capital empleado.
Al momento de enviar el informe, no pudo dejar de sentirse nerviosa cuando en la copia adjunta incluyó el email de Pedro.
Seguramente él pronto estaría leyendo lo que ella había enviado.
Cerró los ojos y recordó los días que habían compartido en la oficina trabajando en conjunto, ellos se entendían muy bien en el plano laboral afirmó.
Ese mes que habían estado juntos, había sido tan intenso que los recuerdos parecían no acabarse nunca.
Era muy fácil trabajar a su lado, a pesar que tenía muy en claro sus pensamientos, siempre estaba dispuesto a escucharla, era una persona muy flexible en ese campo y varias veces ella había conseguido torcer sus ideologías y otras, ella había cedido ante los puntos de vista de él pues le había demostrado ser lo más adecuado en ese momento.
No pudo evitar sentir orgullo al recordar lo inteligente y carismático que era al momento de llevar a cabo una negociación y entonces cayó inexorablemente en el derrotero del poder que su sonrisa seductora tenía y ni hablar de su voz y la manera en que se expresaba.
Habían pasado dos meses y medio desde que ellos se habían separado y él último contacto que habían tenido había sido en Mendoza tras una breve y malograda conversación telefónica.
Ella solo pensaba en él y se ocupaba solamente de reflexionar lo vivido, su recuerdo a pesar de todo eran los mejores, y llegaba a pensar que jamás iba a sentir lo que a su lado sintió.
Pero cuando caía en cuenta de la revelación que era casado, pensar en la interminable cantidad de mentiras que él le había dicho, la poseían de una impotencia que era tan grande como el amor que creía tenerle.
Al mediodía, Carolina por el interphone le comunicó que tenía una comunicación por la línea uno con el señor Alfonso.
Su pecho comenzó a expandirse, se insuflaba con rapidez, mientras tomaba grandes bocanadas de aire que parecían no ser suficientes.
- ¿Pedro está al teléfono? — se atrevió a preguntar, con voz insegura.
- No, el señor Horacio Alfonso — le aclaró Carolina, se sintió una estúpida por haberlo preguntado.
- Ok, pasámelo.
No estaba mucho menos nerviosa que cuando pensó que era Pedro, pero debía sosegarse para tomar la llamada.
- Hello Mr. Alfonso!!
- Hola Paula, llámame Horacio por favor y hablemos en español para que te sea más cómodo.
- Es usted muy amable, pero de verdad que no tengo problema de hacerlo en su idioma — claro, la mamá de Pedro es Argentina, todos hablan muy bien el español conjeturó — usted dirá Horacio, presumo que ya recibió mis informes ¿algún problema con ello?
- Si Paula los he recibido y estoy asombrado con tu trabajo y muy conforme, en realidad es lo que esperaba de ti y más también.
- Muchas gracias, me alegro enormemente por sus palabras.
- Paula, te llamo para informarte que se avecinan cambios en Mindland Central y tú como miembro directivo de Mindland International no puedes desconocerlos, por tal motivo necesitaría que vengas a New York — estaba sin habla, sin respiración, Paula no reaccionaba a las palabras de Horacio Alfonso, siempre pensó que en algún momento debería viajar a NYC pero nunca creyó que tan pronto — ¿me oyes?
- Sí, desde luego, estaba haciéndolo muy atentamente. Podría adelantarme más específicamente para que necesita mi presencia, es que…disculpe, no quiero parecer desconsiderada y tampoco es que no reconozca su autoridad, pero visto y considerando que recién estoy armando mi plan de trabajo acá, permítame sugerirle que no sé si sería prudente alejarme tan pronto de mi puesto.
- Más que ofenderme, me agrada que pienses de esa forma, eso habla muy bien de tu profesionalismo y compromiso, pero créeme Paula, es imperioso que viajes para ponernos de acuerdo, no quiero adelantarte nada por teléfono, es un tema que tenemos que hablarlo personalmente.
“¡¡¡Mierda mi suerte!!! No estoy preparada para ver a Pedro tan pronto”.
- Desde luego Mr. Horacio si usted lo considera necesario viajaré ¿para cuándo me necesita?
- Para ayer Paula — se carcajeó — en realidad necesito que viajes lo antes posible, calcúlale que te ausentarás por una semana, ¿cuándo crees que puedes viajar? me urge encontrarme contigo.
- ¿Seguro que no es por los contratos, quizá tenga algún problema con mi trabajo? — ella estaba intrigada, no le gustaba esto de viajar a ciegas sin saber con qué se encontraría.
- No Paula, despreocúpate, todo eso está perfecto, solo quiero que viajes y que nos pongamos de acuerdo en algunos puntos de vista que para la empresa son esenciales.
- ¿Lo que quiere Sr. Alfonso es que tracemos un plan de trabajo en conjunto? Disculpe mi insistencia, pero no me siento cómoda viajando a ciegas, preferiría saber a qué debo atenerme.
- Paula, se trata de una propuesta sustanciosa que la empresa tiene para ti, yo como director general de esta empresa, tengo una propuesta para hacerte y ahora sí, no me pidas que te adelante más porque no lo haré, lo hablaremos cuando llegues y en persona, por favor.
¿Tienes toda tu documentación en orden para viajar?
¿Necesitas ayuda con tu visa? ¿Tal vez con tu pasaporte? tengo contactos que podrían hacer que la obtengamos en 48 hs.
- Tengo todo en orden Sr. Alfonso por eso no debe preocuparse.
-Horacio, dime Horacio por favor.
- Ok Horacio, no se preocupe, toda mi documentación está en orden. Pero le digo que no me ha aclarado mucho, y disculpe, estoy perdida ¿una propuesta ha dicho usted?
- Sí Paula, una propuesta, apenas llegues prometo no andar con rodeos y ponerte al tanto de todo.
Con respecto a tus papeles, envíame todos tus datos por email por favor para no buscar en nuestra base de empleados, mi secretaria se ocupará de conseguirte el pasaje, ella se pondrá en contacto contigo para brindarte toda la información.
Una pregunta, ¿podrías estar viajando mañana mismo si conseguimos pasaje?
- Le pido un día, dos, para organizar todo para mi ausencia acá, no tenía previsto hacer un viaje de esta naturaleza tan pronto y menos de un día para otro.
- Perfecto le diré a Mandy que ni bien tenga el pasaje se comunique con tu secretaria. Ha sido un gusto hablar contigo.
- El gusto realmente es mío. Sr. eeeh Horacio.
- Adiós Paula, pronto nos conoceremos.
Paula colgó la llamada, consideró que no era una llamada normal, no le parecía que hubiese ningún tema urgente que tratar, pero el Sr. Alfonso tenía urgencia al menos eso le pareció y además no había querido adelantarle mucho más y mencionó una propuesta
¿qué propuesta?
Oprimió el interphone y le habló a su secretaria.
- Por favor ven a mi despacho y llama a Matias y a Claudio, primero quiero verte a ti y luego a ellos.
- Ok Paula, ya voy.
En NYC Horacio colgó la llamada y se giró en su sillón para dejar de darle la espalda a Pedro que estaba esperando expectante que su padre le contase.
- Veo, que te costó convencerla que viniera.
- Mira, si realmente no fueras mi hijo y no te quisiera tanto como te quiero, te cortaría lo que tienes entre las piernas, no quiero perder este talento solo porque vos tuviste un amorío con ella.
Solo espero que no tengas razón en decir que no aceptará mi propuesta.
Y además… quita esa cara de bobalicón. El viernes más tardar estará acá.
- ¡El viernes! yo no estaré el viernes, me voy a Italia el viernes por una semana ¿lo olvidaste?.
- Pues lo siento, no sé además para que quieres estar, quizá sea mejor para convencerla si tú no andas revoloteando por la empresa.
Pedro tenía esperanza de verla pero no sería así, se quedó desilusionado.
- Ve y ordena que consigan un pasaje y hospedaje para Paula, encárgate de eso. Ponle solución a algo… — Su padre frunció el ceño, sus ojos azules, no tan azules como los de su hijo en ese momento despedían chispazos de bronca — Pedro Alfonso realmente estoy furioso contigo, sino consigo a Paula Chaves para que venga a trabajar acá con nosotros estarás en serios problemas.
¡Vete de mí vista ya! por hoy no quiero saber más nada de ti, tenía todo planeado pero con esto que acabas de contarme, mi retiro está en juego, te aseguro que cuando te eche mano tu madre estará más enojada que yo y no lo querrás.
¡¡Mierda Pedro!! Los negocios y el amor difícilmente van de la mano, pero ni tú ni tus hermanos parecen entenderlo.
- Bueno, a Federico no le reprochaste tanto cuando se enredó con Alison.
- A mí no me metan en esto, yo no soy el del problema hoy — intentó defenderse su hermano — además eso ya quedó en el pasado, en unos días me caso y Alison será de la familia. Es de muy mal gusto tu argumento de defensa Pedro.
- Ni me hagas acordar del día que me enteré de Alison y Federico, y menos me quiero acordar del baldazo de agua fría cuando me enteré de tu hermana y Ruben, aunque debo reconocer que finalmente han hecho una buena elección, el único que nunca ha interferido con mis negocios es Hernan el único consiente de mis hijos.
Vete Pedro, vete de una buena vez a hacer lo que te encargué.
Pedro nunca lo vio tan enojado, su padre se mostraba verdaderamente contrariado y es que la situación era diferente a la de sus hermanos y si la empresa estaba en juego uff… él era una fiera.
Horacio Se dejó caer en su sillón y quedó repasando los últimos acontecimientos.
Todo había dado un gran giro.
Por la mañana cuando entró en Mindland había llegado de muy buen humor, expectante a la reunión con sus hijos.
Cuando Pedro llegó a su despacho Alison le comunicó que él lo esperaba junto a Federico para hablar y lo que tendría que haber sido una gran noticia se había transformado en incertidumbre para la empresa…
****
Esa mañana los hermanos, se habían sentado en el estar de la majestuosa oficina del director general de Mindland y se habían dispuesto a escuchar lo que su padre tenía para decirles, inclusive hasta se hicieron algunas bromas familiares para ellos antes que Horacio empezara a hablar.
- Tengo el bien de anunciarles que mi retiro está en marcha.
- ¿Papá por qué esta decisión? hasta hace cuatro meses atrás, ni mencionarlo siquiera cuando mamá te lo sugería. — dijo Federico que era el más sorprendido, Pedro algo sabía, pues la noche que se despidió de sus padres luego de su último viaje a Italia él algo le había adelantado.
- Lo cierto es que no quiero estar acabado para disfrutar el tiempo que nos queda a Ana y a mí. Gracias a Dios ambos gozamos de buena salud y lo que hice hasta acá en Mindland, para mí es más que suficiente.
Pedro, vos con tus conocimientos en finanzas y Federico vos con los tuyos en leyes son el dúo perfecto para hacerse cargo de este barco que está a todo vapor.
Quiero que ambos compartan la presidencia de esta empresa que con tanto ahínco dirigí por más de treinta y cinco años. Sé que la cuidarán como si la empresa siguiera a mi mando.
- Papá, no me interesa la presidencia de esta empresa, el puesto que tengo acá es el adecuado y por otro lado, creo que el más acertado para el puesto es Pedro, puesto que él es el director de Mindland International y es quien lleva a cargo las negociaciones, yo solo me ocupo de la parte legal, para mí eso está bien.
- Quien estará a cargo de Mindland International, porque yo no podré con ambas cosas, en realidad no es que no me sienta capaz pero me enseñaste que el que mucho abarca poco aprieta y terminé entendiéndolo papá, creo que es bueno delegar obligaciones en otros para que las cosas verdaderamente importante las podamos llevar a un ojo de distancia sin perderlas de vista.
- De eso se trata… Y me agrada que recuerdes tan bien mis palabras — dijo Horacio intentando aclarar un poco el panorama— cuando comencé a planear mi retiro, supe ni bien tuve el primer pensamiento de hacerlo que no sería fácil encontrar una persona de la talla de tu valentía en los negocios hijo… — clavó los ojos en Pedro que lo escuchaba atentamente — por otra parte la dirección de esta empresa siempre estuvo a cargo de la familia, y eso no es una minucia, la confianza entre nosotros tres es infinita, porque cuando yo empecé esto no tenía la magnitud que tiene hoy por hoy y era fácil negociar y vigilar el patrimonio yo solo.
- Seguro papá — dijo Federico
- Bueno la cuestión es que cuando Mindland International se creó, se hizo pensada en que vos la dirigieses Pedro, y no tenemos otro prospecto. De encontrarlo tendremos que confiar en un extraño, no nos queda otra opción.
- ¿Y entonces? — Pedro se impacientó.
- Eso era hasta hace dos meses y un poco más, bueno, lo del parentesco no se solucionó, eso es imposible hacerlo, pero sí creo haber encontrado a la persona indicada, cosa que terminé comprobando ayer cuando recibí los informes que me envió, fue el ápice del iceberg lo que leí y mi convencimiento absoluto. Estoy seguro que estarás de acuerdo Pedro y es que en realidad es tú descubrimiento, no el mío.
- ¿De quién hablas? — preguntó Horacio.
- De Paula Chaves — dijo Horacio mientras a boca de jarro decía su nombre y esperaba la aceptación de Pedro.
Pedro palideció cuando escuchó su nombre. El pasmo fue tal, que no pudo disimular. Se puso de pie caminó con las manos en los bolsillos y pegó su frente en la ventana mientras estudiaba de qué manera decirle a su padre que Paula a él no lo quería ni ver, mucho menos aceptaría venir a trabajar acá.
- ¿Qué pasa Pedro? ¿No estás de acuerdo con papá? — dijo Federico.
Se volvió tras sus pasos, volvió a ocupar su asiento, pasó las manos por el pelo y restregó su cara, se dejó caer en el respaldo y fijó la vista en su padre.
- No, no me parece la persona indicada.
- Pues a mí sí, es intuitiva, audaz, agresiva y muy talentosa, es brillante — su padre tenía toda la razón ¿pero como le decía el verdadero motivo sin que lo agarre de las pelotas? si a alguien le tenía respeto era a Horacio, e imaginaba como se pondría al enterarse de lo que había pasado entre Paula y él — además — prosiguió diciendo — trabajaron juntos en Buenos Aires en el salvataje de Chile y lo hicieron muy bien, ustedes se entienden trabajando y eso es muy importante, el entendimiento entre ustedes es magnífico y es lo que más tranquilo me deja.
- Ah, recuerdo ese proyecto que sacó de la quiebra segura a la sede de Chile, me lo enviaste desde Buenos Aires y solo hubo que hacer pequeñas modificaciones para que todo sea legalmente válido.
¡¡Wow!! Papá creo que tienes razón esa mujer tiene mucho talento, ayer recibí en copia adjunta de los informes de
Argentina, estuve leyendo un poco y me pareció muy interesante lo que propone.
- Bueno a ver Pedro y si no es ella ¿a quién propones tú? Dime otro prospecto en esta empresa con sus condiciones, ¿porque no pensarás que para este puesto voy a convocar a una audición?
Rara vez me equivoco.
Cuando Noelia la propuso para sucederla no lo dudé, es más no te lo revelé nunca porque no estabas, pero no lo consulté con nadie, solo me bastaron los informes de salvataje que tenía en mi mano para decidirme.
Cuando no encuentras la solución solo necesitas elaborar una estrategia y ella elaboró con tu colaboración la estrategia perfecta.
Todo este tiempo me dedique a investigarla, Noelia antes de irse me hizo llegar todos los proyectos que Paula elaboró para la empresa, si Argentina está donde está, es porque esa mujer es una genio en potencia financiera.
- No va a aceptar papá, ¡no lo hará! — elevó el tono de voz para decir lo que dijo y volvió a ponerse de pie, fue a un pequeño refrigerador que había en la oficina y sacó un agua Evian que destapó y bebió sin parar.
Se limpió la boca con el anverso de la mano.
Mierda, no era su día, no solo tendría que lidiar con su padre, ahora su hermano también estaba más que convencido que ella era la indicada. Se volvió a sentar.
- Acabas de cambiar tu discurso, primero dijiste que no era la indicada y ahora dices que no va a aceptar, ¿por qué crees conocerla tanto? ¿en qué te basas para aseverarlo?
Pedro dudó antes de contestar, pero no tenía más remedio que hacerlo cerró los ojos tomó aire y largó todo.
- Tuvimos una relación que duró todo el mes que estuve en Buenos Aires y quedamos en muy malos términos, no me quiere ver ni en pintura.
- Mierda hermano, ahora sí que la cagaste — Federico descruzó sus piernas, se rebulló en su asiento y se tomó la frente mientras abría sus ojos muy grandes.
Pedro le dedicó una mirada a su hermano que casi lo fulmina.
Su padre se puso rojo, entrecerró los ojos y se le hinchó la vena de la frente, cuando se ponía así, era porque realmente las cosas iban a estar mal.
Golpeó su puño en la mesa baja y la vajilla saltó y repiqueteó, por poco y rompe todo.
- Motherfucker!!
Tu madre es una santa y lo sé mejor que nadie porque es mi esposa y llevo treinta y siete años de casado con ella, pero es lo único que puedo decirte.
No tienes códigos, ni miramientos para bajar tu bragueta. Fuck it!! Fuck, shit!!
Déjame solo con tu hermano — le indicó a Federico y éste no se atrevió a decir nada, solo se puso de pie y se retiró.
¡¡¡Tanto te cuesta mantener tu bragueta cerrada!!!… — le gritó.
- Lo siento papá...
- No digas lo siento, porque en este momento tengo ganas de darte el azote que no te di en toda tu vida.
¿Qué tan mal quedaron las cosas entre tú y ella?
- Muy mal…
- ¿Qué mierda le hiciste?
- Nada, no le hice nada.
- Pedro ya no sos un adolescente, habla con seriedad ¿realmente crees que no tengo oportunidad que acepte el puesto?
- Mierda papá, créeme que yo más que tú quisiera que todo esté bien y que ella se venga para acá a trabajar en Mindland y a vivir a NYC.
Desde que llegué de Buenos Aires que no tengo paz, que no duermo, que no tengo vida, la llamo y me corta, intenté solucionar las cosas con ella, intenté explicarle pero no me escucha, me enamoré viejo, me enamoré como un pelotudo de la única mujer que no me da bola.
Pedro había explotado, apoyó sus codos en las piernas y dejó caer su cabeza estaba rendido. No quería ponerse a chillar como un crío, se pasó la mano rápidamente por los ojos para secar las lágrimas que se le habían escapado, y sorbió su nariz.
Entonces al ver su expresión, su padre se acercó compadecido y le apoyó la mano en la espalda.
- Tranquilízate, tranquilicémonos los dos y cuéntame todo
¿porque no quiere escucharte?
Pedro tomó una fuerte inspiración.
Su padre se había sentado frente suyo y le tomó la mano, le levantó la barbilla con la otra y le dijo…
- Vamos, no tengas vergüenza con tu viejo, llorar por amor es un sentimiento muy puro, eso habla que tienes buenos sentimientos y que no sos el monstruo que una vez creíste que eras.
- No me gusta sentirme así inseguro…
- Lo sé hijo, los hombres rara vez nos permitimos vernos indefensos, como si eso nos hiciera menos hombres y lo que no entendemos es que eso nos hace más humanos.
Cuéntame de Paula.
Pedro se tapó la boca, luego se la pasó por la frente y comenzó a hablar…
- No la conocí en la empresa… la conocí el fin de semana que llegué a Buenos Aires nos presentó el primo de Mikel y solo nos dijimos nuestros nombres, ella me dijo que se llamaba Paula y yo para ella siempre fui Pedro durante esa noche… — hizo una pausa, le costaba hablar de su intimidad, pero lo necesitaba.
Pasamos la noche juntos.Lo que primero empezó como un juego de seducción luego se volvió en mi contra.
Solo quería echarme un buen polvo y nada más, pero fue diferente a otras veces.
Creo que si bien me sentí atraído en un principio por su belleza, porque es hermosa viejo ya verás, luego me atrapó su inteligencia, Paula no es una mujer mansa tiene su carácter y si cedió un pie no esperes que ceda dos porque no lo conseguirás con facilidad, tendrás que trabajar para ello.
Ese fin de semana nos despedimos después de desayunar juntos.
Durante el desayuno me habló de su familia, porque yo tenía ávido interés de saber de ella, no sé porque, pero era una persona enigmática para mí desde un primer momento. Terminamos despidiéndonos y cuando desapareció tras el ascensor, supe que no sería fácil olvidarla, de hecho la pensé el resto del fin de semana, pero estaba dispuesto a hacerlo, tú sabes que desde que murió Julieta no considero que sea merecedor del amor de nadie más, eso no es un secreto. — su padre puso los ojos en blanco ante esa afirmación, él se encogió de hombros — Al lunes siguiente cuando llegué a la empresa, Noelia ya me estaba hablando de ella para sucederla, nunca me dijo su nombre, cuando Paula entró en la sala de juntas casi me muero al verla ahí cuando comprendí quien era, ella ni te cuento, por poco y se cae redonda al piso por el pasmo.
La cuestión es que intentamos evitarnos por todos los medios pero para ninguno de los dos era indiferente el otro, luego comprendí que lo que me había dicho la primera vez que estuvimos juntos era cierto, ella nunca se había acostado con un hombre que apenas conocía y hacía tiempo que no estaba con nadie, sabes… canceló su boda un día antes de casarse con su novio porque lo descubrió con su mejor amiga.
Empezamos a frecuentarnos, pasamos un fin de semana juntos en casa de sus amigos, éramos cuatro parejas y se sintió muy bien la convivencia.
Luego me empecé a quedar a dormir en su casa o ella en el hotel, salíamos con sus amigos o solos, todo era perfecto, inclusive ella quiso terminar conmigo porque yo al principio no quería ninguna implicancia emocional pero sin darme cuenta le recriminaba cosas y le exigía exclusividad y derechos, hasta que terminé por entender que yo quería mucho más con ella, tanto como lo deseaba Paula conmigo.
Pero debido al problema que tuvo con su ex novio, siempre estaba distante, a la defensiva era difícil estar todo el tiempo convenciéndola que lo que le decía era cierto, que mis sentimientos eran verdaderos y a veces se volvía agotador… inclusive en mi plan de ser más franco con ella, una vez me atreví a hablarle de Julieta, aunque no le revelé que habíamos estado casados, y es que tú sabes lo que me cuesta hablar de todo lo que se refiere a ella.
Horacio Alfonso estaba cruzado de piernas y con una mano apoyada en el apoya brazos del sillón, mientras se sostenía el mentón con el pulgar y pasaba su índice por sus labios tras escuchar a su hijo menor incrédulo y muy atentamente, no podía creer que le estuviera hablando de esa forma.
Entonces, se dijo que Pedro simplemente no paraba de hablar, porque necesitaba imperiosamente confesar sus sentimientos y porque hablar de Paula y recordarla le producía alivio y lo confortaba.
No quería interrumpirlo, quería que se desahogue. Su hijo no estaba pasándola bien…
- Paula empezó a recibir llamadas, la amasaban, la insultaban, le decían que se alejara de mí, era imposible, siempre era la misma mujer, llegó a recibir hasta cinco llamados por día, intenté rastrear las llamadas porque juro que no tenía ni tengo idea de quien se trataba, desde que falleció mi esposa no he tenido ninguna relación afectiva con nadie, solo sexo papá, con todas las mujeres que he estado han estado de acuerdo que así sea — Horacio se incorporó ligeramente esa última revelación de las amenazas lo había inquietado — la cosa es que los llamados no cesaban, Paula estaba realmente fastidiada, y yo le repetía constantemente que no crea nada de lo que le dijesen, que pronto iba a descubrir y que iba a frenar todo, yo también estaba harto, llamaban a cualquier hora del día, también por la noche, de madrugada y de teléfonos celulares descartables imposibles de rastrear, las llamadas se hacían desde acá.
- Lo que me estás contando es grave Pedro…
- Lo sé papá, aún intento desentrañar eso pero no lo consigo.
El asunto es que recibió una llamada donde le mencionan a Julieta, nombre que ella ya tenía en su mente, pero entonces le dicen que ella era mi esposa, que yo estaba casado.
Y ella creyó lo que pudo creer, debido a que el hijo de puta con quien había estado la engañó y entonces decidió meterme en la misma bolsa.
Quise explicarle, pero no me dejó, me ganó el orgullo y me fui al carajo, por eso llegué antes de Buenos Aires, cuando me peleé con ella ya no tenía sentido quedarme ahí.
Antes de viajar intenté volver a hablar con ella, pero no entraba en razón, no le importaba escucharme ya tenía una idea en su cabeza… de todas formas, reconozco que no lo intenté lo suficiente, también me enojaba que no confiara en mí, me sigue enojando que me compare con la lacra que tuvo por novio.
Me fue a buscar al aeropuerto el día que regresé y no me detuve, la dejé llorando destrozada y no me lo voy a perdonar nunca — hizo una pausa.
Después me enteré que venía tan loca manejando hacia su casa de regreso de Ezeiza que chocó — cerró los ojos recordando el momento y volvió a apenarse — casi me muero papá del susto, creí que se me paraba el corazón, hasta que me enteré que no le había sucedido nada, pero cada vez que intento hablarle ella me corta o no me atiende, hace un tiempo que dejé de intentarlo, quiero olvidarla, no me hace bien.
Pero si acepta tu propuesta, trabajaré con ella, también creo que es la persona adecuada para el puesto, eso no puedo negarlo, pero dudo que acceda, yo para ella soy una mierda papá, no querrá compartir acá conmigo a diario.
- ¿Y no vas a intentar recuperarla, no la vas a hacer ver su error? Pedro, ¿por qué hijo? ¿por qué te castigas de este modo? ¿qué quieres demostrar?
- No sé papá intento buscarle una explicación pero no sé.
- Yo sí creo saber lo que estás intentando hacer… te culpas por la infelicidad de Julieta y pretendes ser tan infeliz como ella, y solo porque ella murió y tú sigues vivo, pero no te das cuenta que en esta locura también estás dañando a Paula.
- Ella también me dañó a mí con su indiferencia y con su desconfianza.
- Ponte en el lugar de ella, la llamaban continuamente y la agobiaban con las amenazas y con lo que le decían y luego le dicen que no eres una persona libre y eso sumado a lo que le pasó en su pasado… ¿cómo pensarías vos?
Y encima no la sacaste de su error y dejaste que siguiera creyéndolo, que se siguiese atormentando mientras cree que nada entre ustedes fue verdadero.
No creo que no hayas podido decirle la verdad, en realidad lo que creo es que no quisiste, uno cuando quiere decir las cosas las grita a como dé lugar, por más que el otro no quiera escuchar.
- No voy a decirle la verdad, si consigues que trabaje con vos adelante consíguelo y lo aceptaré, pero no voy a usar esa verdad para que ella quiera quedarse a mi lado.
- Mierda Pedro, mezclas todo, te escuché con paciencia pero tú le quitas la paciencia hasta al más beatífico ¿por qué eres tan necio?
Como quieres que te perdone y te acepte si no la ayudas a salir de su error. ¿Qué esperas? ¿Que acceda a tener algo contigo creyendo que estás casado? ¿Entonces qué argumentarías para alejarla? ¿Qué es una cualquiera? ¿Qué no le importa destruir una familia? ¿Qué no tiene escrúpulos?
Pedro, por Dios hijo escúchate, estás buscando excusas para no ser feliz.
- No voy a hacerlo papá no voy a hacerlo, nunca he rogado amor y no le voy a rogar a ella tampoco.
Salió del despacho de su padre dando un portazo. En el pasillo se cruzó con Rachel.
- Hola cariño
- Ahora no Rachel, no estoy para sociales — le espetó y se metió en el interior de su despacho — cuando va a entender esta mujer que no quiero nada con ella.
Me la follé y lo hice porque ella lo provocó, que hoy no me joda — opinó para sí.
Se dejó caer en su sillón tras su escritorio, apoyó los codos en él y se sostuvo la cabeza.
Pero Rachel parecía no entender sus rechazos de ninguna forma, ella abrió la puerta y se metió en el despacho, él levantó la vista, no podía creerlo.
- Rachel tuve un entredicho con mi padre, podrías dejarme solo por favor, no estoy de humor.
Ella rodeó su silla y lo abrazó desde atrás.
- Sé que estás mal, por eso quiero hacerte compañía, puedo consolarte si quieres… — le habló al oído y le lamió la oreja.
La tomó de las muñecas y la alejó de su cuello, se puso de pie y la penetró con la mirada.
- No Rachel, no, nunca más volverá a repetirse, te lo dije en mi departamento, no quiero ser grosero, pero no me dejas opción.
Tomó su maletín descolgó su sobretodo y se retiró del despacho dejándola sola ahí.
- Me voy Alison, cualquier cosa me pasas los llamados a mi teléfono.
- Ok Pedro, que tengas buen día.
- Imposible, lo empecé con el pie izquierdo, adiós.
- ¿A dónde vas? — lo atajó su padre en el pasillo, ven acá Federico está conmigo, voy a llamar a Buenos Aires.
Pedro caminó tras su padre, el horno no estaba para bollos, pero además quería enterase lo que Paula decía.
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