miércoles, 23 de julio de 2014

CAPITULO 38




- nada simplemente nada, no tenemos un verdadera relación, solo somos compañeros ocasionales de sexo, por un mes o por menos, vaya a saber.


- otra vez ese título... compañeros ocasionales. — Hizo un silencio — ¿Pretendés acaso decirme que si estuvieras con otra persona no podría reclamarte?


- Seguramente no… pero… Pedro… ¿realmente creés que soy una persona que podría estar con dos relaciones a la par? Para que lo sepas, ni siquiera durante mi adolescencia lo he hecho…


- Perdón por sugerirlo… — se mostró sincero.


- No es nada, supongo que por como nos conocimos y como nos relacionamos quizá te llevó a pensarlo, ¿vos si sos de esos?


Pedro se río… Reíte lindo, sos tan cínico.


Me habló con mucha tranquilidad.


- Tuve una época en que parecía que una sola mujer me aburría, ya no, durante ese tiempo he tenido varias citas a la vez pero siempre por separado no tengo costumbres morbosas… y siempre fueron compañeras ocasionales, conquistas, oportunidades del momento como quieras llamarlas, jamás pagué por sexo.


No me cabe duda que no pagaste, quien te podría decir que no bonito, sos un hijo de puta vanidoso.... pensé.


- Entonces por llevar el título de compañera ocasional ¿me tengo que sentir privilegiada?…


- Vos insistís en ponerte ese título…


- Quizá tengamos conceptos diferentes de lo que es una compañía ocasional… supongo que para una persona que no quiere ningún tipo de compromiso, esa clase de relaciones es lo ideal…


- Si, supones bien, pero ya no me hace falta tener varias citas… me preocupo de una y por tenerla contenta hasta que me aburra y pase a la siguiente, por lo general nunca repito.


Me cagó, eso fue una puñalada, Paula… andá sabiendo que se va a aburrir eso es lo que te acaba de decir…


- Tené cuidado ojitos también se pueden aburrir de vos…


- Es un riesgo, sí, seguramente puede pasar, pero teniendo en cuenta que nunca involucro mis sentimientos no habría problema alguno…


Tengo toda la sensación que toda esta conversación tiene un doble sentido para ambos. Finalmente puras indirectas de los dos y no me está contando nada, quizá debí haber tomado su oferta y preguntar lo que quisiera saber.


- Sos muy frontal.


- Sincero, lo blanco es blanco y lo negro es negro. Me gusta echar siempre las cartas sobre la mesa, para que la otra persona sepa a que atenerse, como en una negociación.


- Ahí discrepo, creo que en una negociación no siempre se pone todo sobre la mesa, uno siempre tiene un as en la manga.


- ¿Y quien te dijo que yo no lo tengo en todo momento?


- ¿Te gusta jugar sucio, esta mañana en el restaurante me dijiste que siempre eras sincero?


- Simplemente uno nunca debe confiarse que tiene la mejor mano y soy sincero de hecho lo estoy siendo.


- Supongo que eso, funciona siempre y cuando el corazón no se involucre…


- Sos rápida, sos muy rápida e inteligente Paula… — afirmó con cierta serenidad


- Me considero una persona normal, instruida, pero ni peor, ni mejor que nadie.


- ¿Esto es lo que querías saber?


- Esto es de lo que vos quisiste hablar. También me guardo mi as en la manga.


Me miró, me clavó su mirada y con mucho esfuerzo se la sostuve…


- ¿Cuántos novios tuviste Paula?


- Es una pregunta un poco personal y extraña…


- Podes no contestarla.


- ¿Por qué te interesa saber eso?


- Quiero saber que tan activa ha sido tu vida amorosa…


- ¿Solo por eso?


- ¿Por que otro motivo lo preguntaría?


- No sé, decime vos...


- No hay otro motivo Paula.


Dudé un instante en contestar...


- He tenido dos novios formales, el primero en la secundaria, la relación duró dos años, en realidad fue un amor adolescente, mi primer amor… cuando mi padre enfermó mis obligaciones en la familia crecieron a la par de la enfermedad de él y no podía brindarle todo el tiempo que él pretendía, supongo que a esa edad no podía esperar otra cosa y cortamos, tenía tantas preocupaciones en mi cabeza que eran más importantes, que ni sentí su ausencia, tenía diecisiete años… y el segundo… fue una relación de cinco años, terminamos hace dos años atrás… prefiero no hablar de eso.Luego me he besado con varios…..
Me he acostado con otros dos, contándote a vos, pero nunca me fui a la cama con nadie que acababa de conocer, eres la excepción… Y otra vez terminé hablando un montón y vos no dijiste nada, pero supongo que fue mi elección, pude callar como me lo sugeriste… de todas formas no tengo nada que ocultar… mi vida es esta, transparente y blanca, lo negro no me agrada, porque como sabía decir mi padre a la larga siempre destiñe. ¿Suficiente para tu análisis? ¿Que conclusión sacaste?


- Que sos una buena chica de muy buenos sentimientos y con relaciones normales y duraderas.


- Aburrida, pacata, me lo han dicho sabés, no sería una novedad para mí.


- No — dijo rotundamente — decente diría yo, una chica de la que sería muy fácil enamorarse si es lo que uno busca, Paula no creo que seas aburrida en ningún sentido creeme.


Pedro uno no elige enamorarse… cuando el amor llega, entra dando trompicones y se mete de prepo no te pide permiso… y te estallan esas tan conocidas cosquillas de las que todo el mundo habla y desea experimentar en algún momento de su vida y luego, no existe en tus pensamientos lugar para otra persona, porque la piensas en todo momento y lugar… y sientes celos, temor, angustia, inseguridad… — eso es lo que estoy sintiendo acá y ahora quería decirle — ¿Nunca te enamoraste?


Lo pensó como de costumbre... Me daba información a cuenta gotas, quizás para no involucrarse demasiado... pero siempre estaba ansioso por saber de mí.


- Creo que una vez, quizá dos… ¿y vos?


- Creo que una vez, quizá dos… — imité su respuesta, cambié de tema, tuve miedo que se diera cuenta que ese quizá era él… — ¿tenés hermanos?


- Somos cuatro, tres hombres y una mujer, soy el menor.


Creo que Pedro también sintió alivio de cambiar de tema, parecía un terreno seguro, pero igual sentía que no se abría, que toda la información que me brindaba era escatimada… su respiración cambió se volvió más pausada.


- ¿A si que vivís solo?


- Desde hace dos años — me confirmó


- Vaya tardaste en conseguir tu independencia.


- Digamos que si.


- ¿Tus hermanos aún viven en la casa de la familia?


- Solo el mayor, los otros dos están casados.


- Ah ¿el mayor es el novio de Alison?


- Sí.


- ¿Tenés sobrinos?


- Dos, de parte de mi hermano, mi hermana muy poco que está casada.


- Mis sobrinos son mi debilidad… cuando voy a Mendoza, Clara y yo nos volvemos inseparables… con Francisco aún no mucho, pero me encanta consentirlo, aunque eso signifique el enojo de mi cuñada porque cuando me voy queda con un montón de mañas, es que solo tiene nueve meses. — Nos quedamos en silencio y entonces le pregunté — ¿Por qué estabas de tan mal humor durante la cena?


Terreno inseguro otra vez cuando de mostrar sus emociones se trata... hizo un rictus con la boca casi imperceptible, que ya lo había notado en otras oportunidades.


- ¿Hace falta que te lo diga? ¿Realmente no te diste cuenta?


Lo miré pensando que contestarle... finalmente me decidí por escuchar los motivos dichos por él.


- No, no me di cuenta... — le dije mientras me encogía de hombros.


- Sé que si te diste cuenta, sos inteligente Paula no te creo, pero de todas formas te lo diré — hizo una pausa — sé que no tengo derecho... me quedó bien claro después de la conversación de esta noche, y antes de ella también, por eso vine acá, porque después de pensarlo me dí cuenta que no tenía porque ponerme como me puse, pero aún así no me gusta que te abrases con Mati o con quien sea, como lo hiciste hoy delante de todos estando yo.


Vaya lo dijo finalmente...


- Entonces debo entender y asumiendo que entendiste nuestra conversación, que también sabrás que voy a seguir haciéndolo...


- ¿Con Mati o con quien sea? — Me habló desafiante.


- Con Mati — le confirmé envalentonada.


Sacó la mano que tenía en mi espalda y me tomó de la barbilla.


- Paula estás tirando demasiado de la cuerda y se puede cortar.


- Quizá sea mejor que se corte ahora y no más adelante... no me amenaces.


- ¿Eso es lo que querés, que todo entre nosotros acabe? Porque hay cosas para las cuales tengo mis reglas aún sin que vos y yo tengamos nada concreto, no me gusta verme como un estúpido, ni tampoco que me vean de esa forma.


- ¿Y vos que querés? Digo… ¿querés que todo acabe?


- Creo habértelo dicho recién, quiero que el tiempo que estemos juntos todos tengan bien en claro a quien le pertenecés.


Me reí sarcásticamente.


- No es lo que te pregunté... pero es un poco egoísta de tu parte. Pretendes que modifique mi vida, cuando vos y yo sabemos que lo nuestro tiene fecha de vencimiento... la gente no es descartable, Mati es mi amigo, hoy, mañana y pasado cuando vos ya no estés, también quiero que siga siéndolo.
Si yo te pertenezco como decís, entonces ¿vos a quien le pertenecés?
Apuesto a que no pensás contestarme, ¿me harás otra pregunta para evadir la respuesta?
Porque eso es lo que haces siempre Pedro.


Sé que estaba furioso, me tenía fuertemente de la barbilla y no me soltaba y además estábamos hablándonos en un tono nada amigable, clavó sus ojos azules en mi mirada y por supuesto que no me contestó.


- Solo te pido respeto.


- ¿RESPETO? — creo que estallé, abrí mis ojos bien grandes estaba realmente asombrada por lo que estaba escuchando — Esto es más gracioso aún, ¿te atreves a pedirme respeto y exclusividad, cuando me acabas de decir que podés aburrirte de mi y pasar a tu siguiente polvo?


- No lo dije así Paula.


- Bueno quizá no utilizaste esas palabras pero el contexto es el mismo.


- Pero dicho de esa manera suena grosero.


- Perdón señor modales, con palabras bellas o no, es lo que dijiste... mira ojitos, una vez herí a Mati, lo deseché de mi lado porque aposté al que creía que era el amor de mis sueños y lo saqué de mi vida y de mis sentimientos, lo ingnoré, le di mi espalda aún cuando murió su madre, si ya sé soy una mierda, pero sabes qué, de todas maneras cuando lo necesité ahí estuvo él a mi lado, después de estar una semana sin probar bocado, porque lo único que quería era morirme, él fue quien me puso su hombro, el que me cuidó día y noche, el que me vió llorar hasta quedar sin aliento y sin lágrimas y el que me enseñó otra vez a sonreír, gracias a él tengo el trabajo que tengo y soy quien ves ahora. Porque el bastardo de mi novio la noche anterior a nuestro casamiento se encamó con mi mejor amiga y los encontré cogiendo en el que iba a ser nuestro departamento. ¡¡Mierda!! No quería contarte eso y lo hice. Y te lo dije todo y vos no contestaste ni una sola de mis preguntas como de costumbre.


Pedro se quedó mudo después de mi exabrupto y mis lágrimas comenzaron a brotar. Me las secó con sus manos sin hablar... continué diciendo...


- ¿Sabes qué? Sé positivamente que él será quien me levante de donde me hunda el día que salgas de mi vida, ya está, ya te lo dije, si querés irte ahora quizá sea lo mejor. — él seguía viéndome sin decir nada. — Carajo Pedro porque tuve que conocerte, decí algo por favor...


- Quiero hacerte el amor...


- No Pedro vos lo único que querés es cogerme — lo corregí — vos no me querés hacer el amor... ¿pero sabes qué? yo también quiero que me cojas, quiero tenerte de cualquier forma, no me importa como decidas que es mejor...
Sos exasperante Pedro deja de verme, besame y haceme olvidar de todo.

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